Carta II

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Papá:

Es extraño que aún te recuerde. Recuerdo todo sobre ti, tu voz, tu aroma, tus chistes y tu terquedad.

¿Por qué te fuiste? Me destrozaste, ¿sabes? ¿Sabes lo que se sentía ir a la escuela y ver a otros niños jugando con su padre? Te extraño mucho, no sabes cuánto lo hago y mamá... Mamá está a punto de caerse, está débil. Yo lo sé, siempre llora por ti.

¿Qué no escuchas el sonido de los animales? ¿Qué no escuchas cuando imploro?

Una vez me dijiste, que los finales felices los obtiene todo el mundo de una forma u otra. Sin excepciones ni interrupciones.

Entonces, ¿dónde esta el mío? ¿Dónde esta mi final feliz?

Tú eras mi mejor amigo, hacíamos todo juntos. Recuerdo cuando me enseñaste a andar en una bicicleta, dijiste que me guíe con el viento, su sonido, mi equilibrio y logré hacerlo, no entiendo por qué no caí.

Pero te fuiste. Y caí.

Descubrí que mi equilibrio no era el viento ni era su sonido.

Eras tú.









Papá, ¿dónde estás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora