Universe [Shawn Mendes]

Warth Girl.

—🎰—

—Mi nombre es Avril y tengo problemas de ira.

Doce pares de ojos tenían la vista clavada en mi atentamente esperando a que continuara con mi historia mientras botaba despacio la pequeña pelota de goma en mis manos.

—Los tengo desde que tengo memoria, mi mamá los pasó por alto debido a que pensó que eran simples rabietas de niña — bajé la vista hacia la bola entre mis manos para continuar botándola — sin contar que eran menos intensas — reí — cuando entré a la adolescencia las cosas empeoraron, cuando me enojaba arremetía contra lo primero que me encontraba en mi camino, lanzaba todo tipo de objetos, lloraba del maldito coraje — gruñí y boté con fuerza la bola causando un eco en la habitación — lo siento.

—No te preocupes, Avril, lo entendemos — habló la líder de grupo, una señora canosa cerca de sus cincuenta, vestía un chaleco color coral a juego con su falda gris y unas zapatillas color piel, tenía arrugas marcadas en sus líneas de expresión y una sonrisa amarillenta que me perturbaba — continúa.

—Con el tiempo sufría fuertes explosiones, arañaba mi piel con mis propias uñas al no poder contenerme, rompí el espejo de mi habitación, golpeaba las paredes, arrancaba cosas...

—¿Y cómo te sentías después de ello?

—Increíble — solté, muchos me miraron desconcertados — terminaba agitada y algo adolorida pero diablos, se sentía tan bien descargar toda esa rabia.

—Ella está chiflada — espetó una rubia escuálida de ojos azules.

—No me provoques — le gruñí — podría voltear toda la habitación y salir bailando.

—¿A qué te refieres con "voltear" la habitación? — preguntó la líder.

—No querrá saberlo — murmuré — ¿puedo seguir? En realidad no quiero estar aquí, mi madre me trajo a la fuerza.

—Nadie te tiene aquí a la fuerza, debes aceptar que deseas ser ayudada, Avril.

—Como sea. Cumplí diecinueve y todo iba bien, incluso práctico box para soltar parte de mi ira, aunque nadie quiere luchar conmigo — reí entre dientes — al principio creían que iban a quebrarme, hasta que lo que se quebró fueron sus narices...

—¿Por qué no nos cuentas como es que llegaste aquí?

Suspire. — No creo que sea necesario.

—Lo es.

—...bien. Yo tenía un novio...

—¿Lo mataste? — un tipo gordo se inclinó hacia adelante.

—No — se relajó — me electrocutaron antes de que pudiera hacerlo — sonreí.

—Diablos.

—Bota la pelota, linda, te ayudará.

Rodé los ojos antes de continuar botando la pelota.

—Un profesor de la universidad me agarró el culo mientras guardaba mis cosas-...

—¿¡Le arrancaste la mano!? — preguntó el mismo gordo.