Capitulo 12.

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...

Sus manos temblaban de nervios,, observaba desde aquella parte del monte a uno de sus comandantes, uno que estaba siendo perseguido, alguien que lo inspiro y lo aconsejo en sus peores momentos; y justamente el estaba siendo aprisionado por la nación chilena, quien sonreia de manera sarcastica ante el comportamiento desesperado del mas bajo, era su venganza, y pensaba que iba a disfrutar el sufrimiento que se reflejaria en el rostro de su enemigo.

Las tropas chilenas siguieron hasta lograr que aquel comandante diera un grito, y con toda su fuerza saltara del monte de arica e impidiera que la bandera peruana sea humillada por aquellos sujetos.

«—¿Se rinde tan fácilmente
joven Miguel? »

— ¡Sueltame Manuel, soltame ahora imbécil! — Forcejeaba inútilmente, sus extremidades se hallaban con cortadas y su cuerpo degollado. — ¡Por favor, tengo que ayudarlo! ¡Puedo hacer algo! ¡En serio lo lamento! — Sus ojos cubiertos de lagrimas miraron al mayor de manera suplicante, y este se sorprendió sintiendo una ligera presion en su pecho. — ¡N-Nunca quise...yo-! ¡No queria lastimarte! ¡Lo siento mucho!

El agarre fue desecho, provocando que este con sus pocas fuerzas corriera, y cuando un soldado enemigo intento seguirlo con su mano lo detuvo.

— Señor Manuel es el enemigo.

— Déjelo, no puede hacer ya nada mas; es inútil. — Expuso firme observando como su enemigo con tropezones corría y pese a que su cuerpo cada vez mas se sintiera débil seguia avanzando.

«—¿Y le dara gustó? ¡Respondale con todas sus fuerzas!»

...

— ¡JULIO,, SAL DE AHI!

Aquel peruano sangraba de un ojo, y con el rostro lleno de furia y tristeza se hallaba frente a la puerta de su hermano, un intenso dolor se instalaba en todo su cuerpo pero no era detenimiento para hacer tremendo escandalo en aquel lugar, muchos bolivianos le evitaban la mirada y sabian quien era el; tal vez era por que se habia retirado militarmente en una guerra que ellos iniciaron.

— ¡Por...favor! ¡S-Sal!

Se desplomo en el suelo, casi desmayandose al instante, acababa de perder tacna, uno de los objetivos de los chilenos, se la habian arrebatado y eso le dejo un gran dolor en todo el cuerpo, su ojo sangrante y una herida atravesaba su delgado torso. Se veía terriblemente mal, ese no era aquel ingenuo peruano que firmo para aliarze con aquella República Bolivariana, aquel era un chico abandonado, que tan solo queria buscar un poco de consuelo en aquel que lo traicionó y que no lo buscaba por rencor, asi de ingenuo era, lo buscaba para llorar un momento con alguien sin hundirse en soledad, porque era a quien queria, y simplemente necesitaba en quien apoyarse mientras sentia que todo a su alrededor se derrumbaba.

Unos segundos despues salio aquel moreno con lagrimas en los ojos, su cuerpo tiriteaba y detras de él se hallaba el chileno apuntandolo con un arma en la cabeza, y en su expresión se le denotaba la molestia y chasqueo la lengua con total fastidio.

— ¿Ves lo que causaste?

— Y-Yo...no lo hice...

— Maldito weon de mierda. Esto siempre fue entre ambos. ¿Porque mierda lo metimos? — Pronunció perdiendo la poca paciencia que tenia. Bajo el arma guardandola en su bolsillo. — Maldición.

Recuerdos. [ChiRu/LatínHetalia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora