Los rayos ofrecían un espectáculo de luces espeluznante y hermoso a los ojos absortos de una curiosa Moegui. Sus padres, Tobirama y Harúe, descansaban plácidamente frente a la chimenea que brindaba calidez a la sala. Moegui no tardó en notar dos caballos atravesar el portón y dirigirse hacia el corredor, desde el marco de la ventana pudo reconocer al heredero de los Hyuga.
—Papá —habló fuerte —, el señor Hyuga necesita ayuda.
Tobirama tomó una capa y salió rápidamente seguido por su hija, Moegui abrió la puerta de la casa viendo cómo Neji se acercaba hablando con Tobirama; notó que el Hyuga cargaba a alguien más, cuando les dio el alcance le sorprendió ver de quien se trataba.
—¿Qué le pasó?
—Cayó de un caballo —informó Neji, miró a la castaña con preocupación sin dejar de avanzar por los pasadizos.
—Llévenla a una habitación ahora —ordenó Tobirama—, yo me haré cargo de los caballos— Moegui guio a Neji rápidamente, Harúe gritó espantada al ver la escena y corrió por el equipo médico de su hija.
Neji casi temió soltar a Tenten, a esas alturas su cuerpo ya se movía por pura inercia. La acomodó sobre la cama y la observó aturdido, sintiendo un espantoso deja vu y una insoportable impotencia. No sabía qué hacer para que despertara y el miedo comenzaba a filtrarse en su expresión. Estaba congelado. Ante la falta evidente de reacción del Hyuga, Moegui retiró la capa que cubría a Tenten, revisó sus signos vitales. Luego de varios de minutos de silencio sonrió y le dijo.
—Estará bien, el golpe ha sido fuerte, su presión bajó... pero estará bien, mamá preparará sopa. Ahora necesito revisar si tiene heridas...
— Me retiro entonces —decidió Neji entendiendo la situación , se dirigió a la puerta no sin antes volver la mirada hacia Tenten. Pensó en custodiar la puerta o quedarse a su lado hasta que ella abriera los ojos, sonriera y le dijera que todo estaba bien... Pensó que tal vez no era conveniente y decidió no estorbar a Moegui.
Tenten no llevaba un día y ya había puesto de cabeza todo el orden de su existencia.
Luego de unos minutos de extravío mental Neji se vio obligado a reaccionar, fue al establo donde Tobirama atendía las heridas de Titan. El mayor comentó que la herida no pasaría a mayores, que el caballo requería descanso y una vez terminara la compresa todo volvería a estar en orden.
Neji buscó a la bola de pelos y no tardó en encontrarla jugueteando entre la paja. Cuando salieron del establo, la cachorra no se apartó de Neji, siguiéndo sus pasos decidida. Tobirama le dijo que no había problema en que Jidanda ingresara a la casa. Harúe los recibió con una bandeja de café y se llevó al can para darle de comer y alistar un espacio para dormir junto a la cálida chimenea.
Moegui se sentó del lado de su padre diciéndole a Neji que Tenten estaba bien, él le agradeció con el corazón ligeramente recompuesto , la estudiante de medicina le dijo que le había aplicado un analgésico y un sedante, que estaría consciente un tiempo antes de que el medicamento surtiera efecto.
Neji subió a la habitación y la encontró observando al vacío. Se sentó en su costado, ella sonrió con gentileza en un conato de quitarle importancia a su condición.
—¿Cómo te sientes?
— No hay por qué preocuparse.
—¿Cómo sucedió?
—Escuche balas... — ella se detuvo rememorando con dificultad— Titan perdió el control...
—Entiendo...
—Gracias —ella susurró —Neji...
—Los medicamentos están surtiendo efecto, dormirás por un rato.

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Accidental |NejiTen|
ФанфикUn escandaloso pasado, una separación inevitable y un involuntario reencuentro que reavivará tanto la llama como la herida, nada acabó bien para los dos... Los accidentes pasan ¿Verdad? Tal vez esto no fue un accidente.