Capítulo VII - Torbellino del presente

6 0 0
                                    


Esta vez pude ver al capitán rebuscando en mi sitio secreto (un muro de piedras que reconstruía) donde escondía mi libro, ahí lo puse justamente para que él lo viera y leyera lo que escribí la noche anterior; si mi plan funcionaba él me llamaría a su oficina por el libro y yo actuaría con algo de pena para después lograr preguntarle por qué y así dejarlo en paz por un tiempo... hasta que se me antoje volver a molestarlo.

Lo vi personalmente al caminar por el sitio, aún era de madrugada así que pude fingir bien algo de sueño.

  -Ven conmigo, necesitamos hablar, urgentemente. -Me hizo una seña para que lo siguiera hacia su oficina, justo antes de entrar puse mi mueca de coraje.

Mi rostro estaba agachado levemente, mis ojos se posaban sobre cada movimiento que realizaba, hasta que vi el libro en su poder.

  -¡Estuviste espiándome! -Fue más una afirmación que una interrogación.

  -No. -Sé defendió- Escondiste mal tú libro, Shigeko.

  -Yo jamás escondería mi libro tan mal para que un patán como tú lo encontrara. -Mostré desprecio.

  -Lo único que pude hacer es relamer mis labios desde dentro. Juro que sentí un ligero cosquilleo en todo mi cuerpo cuando me vi presa de su dulce y suave boca, era tan jodidamente adictiva. -Sé acercó tanto a mí que terminé recargada en su mesa/escritorio- ¿Quieres que continúe con la lectura?

-No, así está bien, -respondí sarcástica- ahora ya sé que mi capitán es un pervertido acosador.

Esta vez recargó ambas manos sobre el escritorio, yo me encorvé hacia atrás evitándolo en todo momento, aunque después me fue imposible hacerlo más al caer de espaldas, quedando a su merced. Estaba en una posición tan comprometedora que decidí voltear a un costado para evitarle la mirada.

-Te haces la inocente. -Bromeó.

-Muy mal chiste. -No me levanté, pues él se había agachado hacia mí y había quedado algo cerca de mi cara- ¡Ahora aléjate! -Amenacé.

Sentí su mano sobre mi cintura, obviamente había leído todo ese maldito texto y sabía cómo provocarme, no de la manera en la que debía ya que sólo me provocaba ganas de dejarlo estéril.

-¿Estas contenta? -Preguntó con sus labios sobre mi cuello.

-¡Aléjate, maldito animal! -Lo empujé con la fuerza suficiente para recuperar mi espacio.

Me sentí tan sucia después de eso, me sentía como toda una puta al ser tan fácil de convencer... aún después de sentir su mano y haber notado sus dedos acariciándome.

-Eso estuvo cerca. -Me calmé un poco al recordar que nada había ocurrido.

Era un dolor de cabeza lidiar con su actitud todos los días y, al parecer, empezar a lidiar todas las noches con su lado problemático.
El llanto no tardó en salir, me sentí como una víctima aún cuando era mi plan.

-Soy una idiota. -mis pasos eran cada vez más rápidos y el dorso de mi mano me cubría ambos ojos- ¿Cómo pude caer desde el principio? -Por obvias razones no sabía cómo interpretar lo que sentía.

Poco a poco recobré la cordura pensando en ese primer beso que me dio, aunque fue algo tentador también fue algo alarmante. Sentí mis piernas y manos actuar por sí solas haciéndome trepar al techo de la construcción a mi izquierda, ahora, estando en la cima, podía gozar de la vista recién amaneciendo.
Unos brazos me abrazaron por detrás, por alguna extraña razón no peleé para soltarme, pero luego pude ver su cabellera negra haciéndome sentir aún mejor que desde que inició el abrazo.

Adrenaline || SNK (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora