Capítulo III - Torbellino del presente

10 0 0
                                    


Es una gran tortura el tener que trabajar para alguien más.

Pero.. oh, Dios, amo este trabajo. Juro que cada que lo veo tengo orgasmos tanto mentales como físicos.

Siempre he tenido un pequeño libro, el cual miento al decir "Me gusta leer", aunque en realidad esté escribiendo. Actualmente trabajo en el Cuerpo de Exploración, o como sea que se llame, nunca pude aprenderme ese maldito nombre inútil, al grupo sólo lo llaman "traidores" aún cuando salvaron a todos dando sus vidas. Pero antes de todo eso, ocurrieron diversos acontecimientos.

-¡Nagako! -Me gritó Jean.

  -Te he dicho mil veces que es 'Nagano', no 'Nagako'.

  -Bueno, Shigeno, El Capitan nos habla. -Bromeó pronunciando mal mi nombre.

  -Shigeko, maldito cara de caballo. -Le di un empujón y salí de su vista, trepando por las paredes de un edificio sin caer y sin necesitar sujetarme de los orificios de la pared, pues mis dedos los hacían fácilmente.

Al llegar a la cima sentí la brisa acariciar mis mejillas, mi corto cabello se movía en todas direcciones con calma, mis ojos se posaban en las presencias a la distancia, entre ellas una muy peculiar por su color azabache y ese corte. ¿Cómo surgió esto? No lo sé. Ese hombre se me hizo familiar desde que lo vi por primera vez, siento que en mi otra vida lo pude haber visto o conocido.
Mis piernas actuaron por sí solas haciéndome saltar al siguiente techo sin dificultad, así hasta llegar al suelo junto a todos.

  -¿De qué me perdí? -Pregunté al sentir un hombro chocando con el mío.

  -De todo. -Contestó una voz grave así que vire mi cabeza, era él- Llegas tarde.

  -Lo siento, Capitan, no volverá a ocurrir. -Reste importancia. Pero claro que no volvería a ocurrir, las demás veces no planeaba llegar siquiera.

Hasta pareciera que con él aprendí varias emociones, ya que, si no mal recuerdo, él solía acercarse a todos por igual, o sea nada; poco tiempo atrás comenzó a hablarme a mí un poco más y a hacer preguntas incómodas, ahí se me presento por primera vez la vergüenza.
Dos días después me mencionó cierta historia de alguien llamado "Ichiro", supongo que era suya por la nostalgia en su mirada; me hizo hablar, ahí fue cuando logró sacarme el sentimiento de la tristeza y nostalgia.

Para cuando me percaté algo faltaba dentro de mi chaqueta, era un pequeño libro forrado de cuero café con un pequeño bolígrafo atorado en su interior, afuera ponía título de un libro normal el cual puse yo para no levantar sospechas; pude verlo en unas manos pálidas mientras lo abría.

  -Parece que eres una viciada con la lectura... Shigeko. -Me mencionó con misterio en su voz- Aquí hay algo escrito en otro idioma. -Comenzó a darle vueltas con la mirada- Inglés.

No le dije nada, hasta que comenzó a leer en voz alta:

"Day 1.
I'm so excited about this trip! And I don't wanna forget about anything again
so I will start with this text now.
There's a guy, his name is Eren, I think he is the one I saw when we were kids,
and I noticed he is with both of his friends.
Now, we have someone special... the captain. Ugh! He's so..."

"Día 1.
¡Estoy muy emocionada por este viaje! No me gustaría olvidar nada otra vez
así que comenzaré con este texto ahora.
Hay un chico, su nombre es Eren, creo que es el que veía cuando éramos niños,
y me di cuenta que anda con ambos de sus amigos.
Ahora tenemos a alguien especial... el capitán. ¡Ahg! ¡Él es tan..."

No lo dejé terminar de leer, pues mi puño entro en contacto con su pómulo y mi mano contraria estaba sujetando el libro mientras mi ceño se fruncía cada vez más.

  -¡Idiota! -Le grité.

Me miraron asombrados, nunca nadie había golpeado al capitán antes, ni siquiera se habían atrevido a retarle, o sólo Mikasa, quien fue detenida por Armin y no logró nada.

Corrí directamente hacia un lugar tranquilo, observando al atardecer.
Abrí el libro en la primera hoja, donde él había leído, ahora noté una diferencia. Una nota, no era mía.

¿En serio piensas eso de mí?
-Levi

Al parecer había leído todo, al parecer me percaté de la ausencia del libro un poco tarde.

"Sólo espero que no haya revisado el resto." Pensé desesperada.

Abrí el libro en la última página escrita y anoté:

Día 48.
Sentí otra vez lo que es el coraje... al parecer no es
tan malo como lo describieron los señores Nagano.
Mamá, papá. Si no vuelvo a casa quiero que sepan
que los amo con todo mi ser. Gracias por salvarme
ese día.

Nuevamente volvió el sentimiento de tristeza, con nostalgia por cierto. Odiaba sentirme así.
Así que me senté sobre mis propias piernas sobre un techo, admirando el cómo la hermana oscura del día, la noche, lo devoraba tan feroz y velozmente.

-Oye, Shigeko. -Escuché detrás de mí.

-Quiero estar sola. -Por más que lo intentara no podía deshacerme del nudo... o tal vez ese nudo era parte de mi y no era adecuado arrancarlo- Me vi humillada frente a todos.

-Estoy de acuerdo, pero no es para tanto. -Pronto pude reconocer esa voz, era él. Estaba de cuclillas junto a mí mientras me observaba cubriendo sus ojos con su flequillo.

Mi puño se vio dirigido otra vez a él, quien lo detuvo con una mano.

-¿Enserio piensas que soy insoportable pero atractivo? -Pregunto con picardía.

-Púdrete. -Lo hice soltar mis nudillos- Ni siquiera recuerdo haber escrito eso, yo sólo recuerdo del día treinta en adelante.

-Mientes.

-No. -Lo miré desafiante- ¿Por qué lo haría?

-Eres patética, eres débil. -Me hizo sentir un poco mal, pero obviamente no sabía que no estaba usando toda mi fuerza.

-No sabes eso.

Me puse de pie, ahí sentí una mano deteniéndome del hombro. Giré dándole un manotazo.

-¿Tanto odio tienes, mocosa? -Sin razón aparente lo volví a atacar a puñetazos, era algo que aprendí de los demás compañeros de equipo, aunque después terminé por dejarme caer sobre su hombro y al fin pude soltar ese nudo en mi garganta- No hagas eso.

No respondí, sólo distinguía mi respiración de la suya al notar la contraria muy relajada.
Levanté la mirada con rabia al saber que esas lágrimas salían por culpa de él y la tristeza que me causaba, debía hacerle saber lo mucho que sentía estando junto a él. Tome su muñeca y le di la vuelta para someterlo al tirarlo, no podía aguantar una tortura así de grande, ese odio dentro de mi crecía con rapidez.

-Te odio. -Confesé. Mi brazo doblaba el suyo, cualquier movimiento y se lo rompería.

-No lo parece. -Por primera vez en todo ese tiempo lo vi sonreír, fuera por lo que fuera, lo vi hacerlo.

Mis manos aflojaron y salté del techo sólo para seguir huyendo.

"No sé qué me ocurre... es como... un nudo, pero en el estómago."

Después de pensarlo mucho,
he llegado a una confusión.

-Jules

Adrenaline || SNK (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora