capitulo 1

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-Hey! ¡ven aqui!- le ignoré, nadie en esa área merecía mi atención, no es por que yo haya creado esa regla, la crearon su comportamirnto.

Estábamos a la salida del instituto, ya para irnos a nuestras respectivas casas, y un grupito  habia decidido tomarla conmigo.

Mala suerte, esta vez no me dejaron ir tan rapido, Gon -así se llamaba el que parecia el  "jefe" del grupo me paralizó contra la pared, jalandome el cabello, me molestó su cara tan cerca y su asqueroso aliento:

-¡¿Acaso no me oiste?! -No queria hacer esto, de verdad, pero ya que delante de sus amigos hace eso, le daré una lección.

-Te oí perfectamente... imbécil -antes de que pudiera siquiera aticular sonido alguno, le empujé hacia atrás haciendo que se tambaleara peligrosamente cerca de las escaleras.

Esuché risas, despues gritos ahogados.

Antes de acabar con su vida, pues un empujón por esas grandes escaleras es peligroso, le agarré del brazo. Reí disimuladamente al ver esa cara desesperada llena de terror. Gritó, mas bien chilló.

Le empujé hacia mí sin tocarlo demasiado. Curiosamente nadie movió ni un solo dedo, todos conteniendo la respiración agitada.Que ilusos, ¿acaso creian que alguien como yo iba a volverme tan loco como para matarlo?

-¡Agh! ¡¡pero que te pasa!!?

Se veía tan indefenso...

Me agaché ante él y le susurré, para que nadie me oyera:

-La proxima vez ni te agarro, ya lo sabes -me echó su aliento sin querer, olia a tabaco.

Me fuí de allí caminando de prisa, si el grupito venia hacia mí para buscar venganza, no ganaría yo esta vez.

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-Hola Nekito -le susurré cariñosamente a mi gato. 

Vivía solo desde hace unos cuantos meses, mis padres me suplicaron que me quedara en casa un año mas, pero yo queria independizarme, así que trabajé como camarero en un bar hasta conseguir dinero suficiente para pagar un pequeño piso en pleno Londres, Inglaterra.

Claro que mis padres me enviaban dinero cada semana.

Hoy hacía mucho frio, así que me tuve que duchar con agua caliente.

Al fin era viernes. 

Me senté frente al ordenador mientras acaciciaba a Neko en mi regazo, lo unico que se oía en casa era su grave y relajante ronroneo.

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Gracias por leer ;)

Mariposas en el cerebro (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora