siempre he leído novelas románticas,pero ¿cristianas? es poco probable,por eso quiero contarles mi historia,soy Fiorela Rinaldi, una joven cristiana tratando de agradar a Dios en un mundo corrompido, y déjenme contarles que el hecho de que sea crist...
-¿qué te parece este vestido?-digo mirándome en el espejo
-te queda lindo-lo veo a través del espejo y veo que está leyendo su interesante libro, como no, otra de las cosas que le apasiona es la lectura, de hecho he leído uno de sus escritos sin que se dé cuenta, realmente es talentoso
entro al probador y me pruebo otro vestido que elegí, es uno de los que más me gusto, asique vamos a ver, siento que me mareo pero me sostengo a tiempo, es normal, asique no le tomo importancia
-amor, ¿qué te parece?-digo viéndome es el espejo, veo que levanta su mirada del libro para dejarla en mi cuerpo un largo rato-sé que estoy más delgada, pero eso ya lo vamos a arreglar-sigue sin contestarme asique suelto un suspiro
-¿y?-digo levantando una ceja divertida-tomaré tu silencio como un, cariño, estás hermosísima-digo imitando su voz grave, él al escucharme se ríe y se para dejando su libro en la pequeña mesita que hay.
-estas muy guapa-dice dejando un beso en mi frente-vas a ser la más hermosa-luego de eso su rostro se torna a confusión y me besa nuevamente la frente, lo cual ya es raro
Su mano se dirige suavemente a mi frente y se queda ahí
-estás hirviendo cariño-dice preocupado-¿no te has mareado?-toma mi mirada como un sí y suelta un suspiro
-ve a cambiarte, lleva este vestido, tenemos que ir a tu casa y controlar la fiebre si no quieres faltar a la boda
-De acuerdo-digo cansada entrando a cambiarme, ¿por qué me pasa esto a mí?
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-¿hace cuánto está así?
-hace dos horas volvimos de las compras
-¿tú de compras?
-sí, de compras, la acompañe a probarse unos vestidos
-oigan sigo aquí, y no están ayudando, me taladra la cabeza-digo dando vuelta el paño que está en mi frente
-deberíamos llamar a su padre-dice Angie
-no-digo inmediatamente- él está trabajando en Fiet, en algo que le pidió el pastor
-pero estamos de vacaciones-dice confundida Angie
-no por mucho, en una semana volvemos a comenzar-nos recuerda Thiago
-chicos-digo cansada
-lo siento-dicen los dos
Thiago se acerca a mi cama, y coloca su mano nuevamente en mi cabeza
-su fiebre no baja desde hace dos horas, lo siento nena, pero debemos llamar a tu padre, él va a saber que hacer
-no no no, por favor, se cómo controlar esto, no va a bajar, ya tome una pastilla, solo debo darme un baño frío, y mantenerme con paños mojados
