¿Cómo... se lo podría describir al dolor de cabeza?
Aún no había abierto los ojos y ya se quería morir antes que seguir padeciendo de quella resaca infernal, que tanto detestaba con todo su maldito ser.Llevó la palma de una de sus manos a su frente, para no tanto tiempo después llevar la otra también, y, en conjunto, llevó ambas manos a los costados de su cabeza y acarició sus cienes, movió sus dedos en círculos, masajeando tal área.
Dejó salir un gran suspiro acompañado de un gran disgusto.
Se removió entre las sábanas, poniéndose de costado, dándole la espalda a la ventada.
Se dio cuenta de que la cama en la que estaba durmiendo, era grande, lo descubrió en cuanto movió sus pies.
Lo suficiente para que dos personas durmieran en ella.
Abrió los ojos, y se percató de otras cosas más...
Aquella habitación le era extraña, pero le daba nostalgia a la vez.
No podía recordar en qué momento exacto de su vida había estado allí, su migraña se lo impedía.
Hasta pensar le dolía.El tan solo hecho de imaginar que tendría que pensar, le dolía.
Le dolía hasta el trasero.
Poco a poco oía como las pisadas del pasillo de aquél departamento se comenzaban a alejar.
Tal vez era su imaginación, pero, algo le decía que estaba acompañado.
Y aquella madrugada, encontrándose ebrio, alguien le ayudó a llegar a tal lugar. Y tal vez, también pasó la noche junto a él.
En un momento se detuvo a pensar en quién haría eso realmente.
Al tener en mente al pelirrojo, su compañero, se había calmado un poco.
Pero, algo no encajaba.
El departamento, resultó ser la habitación de un motel, caro y lujoso, sí. Y estaba seguro de que Kirishima, no podría pagarlo.
Su memoria se había refrescado un poco, y, en verdad prefería no haberlo hecho.
Rápidamente, hizo un intento por levantarse. Dejó de hacerlo justo cuando a penas había despegado su torso del suave y cómodo colchón, grande fue su sorpresa cuando notó que estaba casi desnudo. Le faltaba su ropa. Y al estar tan cómodo y tan cálido entre las sábanas, no lo había notado hasta que se despejó de ellas.
Sí, de nuevo había pasado. Había ocurrido nuevamente aquella pesadilla. Y él estaba más que frustrado por permitirlo.
Bakugō estaba apunto de sollozar. Aquél chico, nuevamente, le había roto el corazón en el transcurso de tan solo una noche. Otra vez.
Había jugado con sus sentimientos, otra vez, y estaba más que cansado de ello.
Por más que trataba, no podía alejarse de, quién era, el amor de su vida.
Si es que así se le puede llamar a alguien que solo fue tu primera vez, y, solo solían estar juntos para tener sexo sin compromiso.
Por más que intentaba alejarse de Shōto, no podía. Era como si aquél idiota fuera alguna especie de imán, y él, un tornillo más del montón.
El rubio mordió su labio inferior, hasta el punto de casi hacerlo sangrar. Estaba tan enojado con él mismo que tenía ganas de darse la cabeza contra la pared.
Obviamente no lo haría, y no por que le hacían falta ganas, por que a decir verdad, le sobraban.
Si no que, no quería llamar la atención de absolutamente nadie. No sabría qué decir con exactitud si alguien, o aquél idiota, entrara por aquella puerta. Su migraña, lo único que le causaba era un humor del santísimo infierno. Sentía que explotaría en cualquier momento.
El chico de cabello bicolor se despertó más temprano de lo que tenía planeado. Como su acompañante yacía durmiendo plácidamente a su lado, dejó que siguiera estando en los brazos de Morfeo. No sin antes admirar cuán dulce se veía este, parecía un bebé, satisfecho, feliz, durmiendo cómodamente.
Shōto sonrió inconscientemente, la facción tan calmada del otro, por alguna razón, le transmitía felicidad, y eso era más que agradable.
Con lentitud y cuidado se acercó hacia este y le plantó un beso en su entrecejo. Tras ello, se levantó de la cama, se puso su bata blanca y salió de la habitación.
Tenía cosas que hacer. Cosas que había planeado para él y su «amado» Katsuki.
“El pasado, es pisado por el presente y el futuro”, ¿no?
El chico heterocromático estaba tan estusiasmado y nervioso, que, no se dió cuenta que en realidad, aquél pensamiento, lo dijo en voz alta.
El chico palideció instantáneamente, volteó a ver detrás de él con cierto miedo y desconfianza. No había nadie, estaba solo en aquél largo y elegante pasillo y cuya alfombra era de un color bordó. El chico volvió a mirar hacia el frente y se dirigió hacia su objetivo, iba a traer el desayuno a la habitación.
Estaba más que decidido.
Si iba a hacer las cosas, las haría de buena manera.Si iba a intentar que el otro no le dijera ‘patán’ por quinta vez, tendría que comportarse y no huir más.
Si quería que Katsuki no se sintiera mal, no debería fingir.
No debería, y no debía de irse.
Le había hecho una promesa, una promesa que a pesar de que hayan pasado los años, seguía en pie. Aunque ambos estaban ebrios cuando aquello había sucedido, no cuestionó y puso en duda los sentimientos y emociones del otro chico en lo absoluto.
Sabía perfectamente y más que nadie, que Katsuki no demostraba afecto solo por que sí.
Aunque, anteriormente, si tuvo sus dudas. Y estas por alguna razón, aunque no debían de volver, en ocasiones, lo hacían.
| Bueno, bueno, buenooo.
Primero. Creo que, voy a empezar a actualizar única y exclusivamente una sola vez a la semana si quiero que me salgan las cosas bien, y decentes. Así que, ese es mi aviso. ùwú
Luegoo, segundo, les dejo el capítulo hasta acá. Pensaba hacerlo muchísimo más largo pero hubiera tardado más en actualizar.
Y ahora tengo que pensar bien para darle un bien final a esta historia, jsjs.
Tercero, por que sí, lo dejo hasta acá para que les pique la curiosidad.
No se me hagan las vístimas, ahre.
La semana que viene habrá drama, 1er aviso. La hago únicamente por cierta personita. Y no será tanto. Creo...
Hasta la siguiente. 🖤
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JUST FOR YOU - todobaku fic.
FanfictionKatsuki queda anonadado al reconocer la figura de aquél joven que logró flechar su explosivo corazón. • ¡AU sin quirks! • ¡Fanfic con posibles errores ortográficos! • Los personajes de BNHA pertenecen a Kōhei Horikoshi. • El fanart que utilicé en l...