JUST FOR YOU - todobaku fic.

¿Reencuentro?

¿En qué momento había cedido ante la fastidiosa insistencia de acompañar a su amigo, compañero y sobre todo, bro, a un lugar ruidoso, lleno de luces palpitantes, donde cientas de personas estaban encerradas, únicamente haciendo una sola cosa?

Lo último que recordaba era que estaba teniendo una buena charla tras tanto tiempo de separación con su mejor amigo. Pues, Katsuki, colocaba sus estudios por sobre cualquier cosa, incluso por sí mismo. Pero era diferente colocar estos mismos por sobre las personas que lo amaban, y él amaba también. Debía de admitir, por su propia cuenta, que tenía el ego tan solo un poquito-mucho por las nubes; se consideraba un prodigio en aquello que le apasionaba estudiar.

Ahora, se encontraba en uno de los tantos lugares que iban los adolescentes para pasar el rato o divertirse, estaba en una discoteca, junto a Kirishima. El pelirrojo le había insistido tanto que no tuvo más remedio que aceptar, por las buenas. Ya que si hubiera sido por las malas, le hubiera dado las buenas noches, y de cena, su puño. El chico histérico vivía bufando con sumo fastidio desde que llegaron al lugar, ya había perdido la noción del tiempo estando allí, en su nube de pensamientos. Quería saber cuánto tiempo llevaba en aquella solitaria pesadilla. Tanteó con sus dedos el bolsillo de su muslo izquierdo de su pantalón jean color azulado, sacó su teléfono de este, lo prendió... Eran tan solo las 23:30 p. m.

Sin duda alguna sería una larga noche. Y como buen antisocial que era, estaba solo, sentado en una de las mesas lejos de la pista de baile, donde de vez en cuándo ojeaba a su amigo divertirse con algunas féminas. Podía prometer que una de ellas le parecía conocida, pero, tampoco era como si le interesara realmente saber de quién se trataba. La chica era de cabello de término medio, castaño, era bastante detallista y curioso en bastantes aspectos, la extrañeza con la que lo dejó aquella figura, la comenzaba a familiarizar con una de sus compañeras de secundaria, era Ochako Uraraka. Aquello sería imposible. La misma fémina había dicho que su carrera sería larga, y que también, quería irse a estudiar a una de las mejores universidades de Tokyo. Yacía lejos hasta donde sabía. Tampoco era como si le interesaba. Era una vida normal. El rubio sacudió un poco la cabeza de un lado a otro en reiteradas ocasiones, estaba deseando que tan solo fuera el efecto del alcohol que había tomado tan solo por compromiso. Y aunque fue poco, la resistencia al alcohol de Katsuki no era la mejor.

Para disimular su notable cara de viejo amargado, se levantó de su lugar, no sin antes volver a guardar su amado teléfono, colocó las manos en su bolsillo, y trató de caminar hasta su objetivo, claro que esquivando más mesas, sillas, e incluídas a las personas del lugar; iba dirigido hacia la barra. La zona pública, específicamente. Una vez llegó, se sentó en un taburete y esperó a que algún camarero lo atendiese. Ahora estaba debatiendo mentalmente consigo mismo en si tomar un licuado frío de manzana o simplemente un delicioso capuchino, la segunda opción era lo que solía tomar siempre cada que salía, y por más veces que lo tomase, era algo así como una droga que tenía. Una vez llegó alguien a atenderle, educadamente realizó su pedido.

Mientras hablaba con el camarero, podría haber jurado que oyó una voz chillona, llamándole por su nombre, su mueca de semi-fastidio volvió a su rostro, ya que se trataba de Eijirō, estaba yendo hacia su dirección. El chico le dió una amigable palmada en la ancha espalda del rubio antes de agarrar un taburete y sentarse a su lado, haciéndole compañía. Katsuki tenía la corazonada de que el adverso le preguntaría algo; el rubio simplemente le miró de reojo y se cruzó de brazos, como si estuviera esperando alguna pregunta estúpida por su parte. El otro chico de inmediato notó la manera en cómo le miraba y quitó rápidamente la mano que con anterioridad yacía en la espalda del explosivo chico, ahora Kirishima tenía el presentimiento de que moriría allí mismo si le contaba sobre el rumor que había llegado a sus oídos; antes que hacer peor las cosas, tomó valor y rompió el silencio que había, almenos, entre ellos dos.