Dama Blanca [GdB 2] || [EN PROCESO]

Capítulo 2

[Mori]

—Mori, debemos tener cuidado —dijo Haru mientras señalaba al extraño que había irrumpido en nuestro acto de coronación.

Estos tres años me habían servido para controlar de manera casi perfecta la magia. Manejaba mucho mejor la espada y me sentía muy segura con la armadura. Ser la guardiana del bosque tenía sus ventajas.

Me concentré en transformarme mientras Haru y Kasumi me cubrían. Siempre que invocaba mi poder sentía un fuerte dolor de cabeza durante unos instantes, era algo que aún no había conseguido dominar, pero algunas veces era necesario recurrir a ellos.

Me situé frente a los demás para protegerles yo. El encapuchado seguía dispuesto a atacar y lanzó más esferas de energía hacia nosotros.

—¿A qué has venido? ¿Quién eres? —grité mientras destruía las esferas con el filo de la espada.

Permaneció en silencio e inmóvil. Quise avanzar hacia él, pero uno de los guardias se puso en mi camino.

—Debe tener cuidado. Desconocemos su verdadero poder, podría ser muy peligroso.

—Ha venido a por mí, y va a verse las caras conmigo —sentencié mientras le apartaba a un lado y seguía mi camino dispuesta a llegar hacia él.

Algunos guardias habían comenzado a lanzar flechas desde las torres del castillo. Sin embargo, ni siquiera eso parecía afectarle. Cuando una de las flechas iba a impactarle, la detuvo con la mano sin mucho esfuerzo.

Estaba muy cerca de él cuando se lanzó a atacarme en un combate cuerpo a cuerpo. Era mucho más grande de lo que parecía desde lejos, pero eso no me iba a asustar.

Intenté golpearle con la espada, pero con un rápido movimiento me esquivó. Perdí un poco el equilibrio al haber fallado en mi intento por golpearle. Me giré para volver a ir a por él, pero no estaba allí.

—¡Cuidado! —indicó Kasumi desde su posición.

Me golpeó fuertemente por detrás y caí al suelo aún con la espada en mi mano. Me levanté lo más rápido que pude y me apresuré por volver a intentar golpearle.

Esta vez le pude golpear. Sabía que iba a intentar esquivarme, por lo que simplemente tuve que reducir mi ritmo y pude salvar esa diferencia de segundos que le había dado ventaja en la ocasión anterior.

Pese a no llevar armadura pareció no hacerse mucho daño y rápido se levantó sin ninguna dificultad.

—Pensaba que serías más fuerte —dijo entre carcajadas.

Intentó golpearme de nuevo, pero uno de los guardias se interpuso en su camino. Estaba agradecida por todo lo que hacían los guardias por mí, pero echaba de menos mi libertad. Esos tiempos en los que si quería estar protegida debía saber defenderme. Aunque en realidad nunca hubiese estado sola.

Algo pareció sobresaltarle. No lograba entenderlo, pero de repente apartó de mí su mirada. Quise lanzarme a golpearle de nuevo, pero tras pronunciar unas palabras que no logré entender bien desapareció delante de mí.

—¿Está todo el mundo bien? Seguid alerta, puede seguir por aquí —ordenó Haru con cierto tono de preocupación.

Estuvimos varios minutos pendientes de la situación, observando cualquier rincón por si volvía a aparecer, pero se había marchado. Regresamos al interior del castillo donde toda la gente seguía esperándonos.

—¿Creéis que será una nueva amenaza? —preguntaba asustada Hana.

—No sé lo que será, pero era muy fuerte —aseguré. Apenas le había hecho daño con mis golpes, y mi fuerza había aumentado mucho.