—Has sido tú, ¿verdad? —preguntó Eron con un tono serio.
—No sé de qué me hablas —dije intentando parecer lo más calmada posible.
—He encontrado su cadáver. No diré nada, a mí tampoco me caía bien. ¿Ese cristal que estás haciendo es con su sangre?
—Era un peligro para todos. Le encontré junto a un monstruo. Estaba creando una bestia que no podríamos controlar.
—He tenido que acabar con ello esta mañana. Era más fuerte de lo que pensaba, pero tras forcejear lo he derrotado.
Se levantó la camiseta y vi una herida en su abdomen. No parecía profunda, aunque estaba infectada. Tenía un color extraño que no parecía del todo normal. Me asusté un poco pero rápido intentó tranquilizarme.
—No es nada, ni siquiera duele —justo tras esto toqué la herida y pude ver cómo Eron se encogía de dolor. Se apartó para que quitase mi mano de su herida.
Mientras hablábamos la sintetizadora había terminado de funcionar. Tras acercarme a ella vi el nuevo cristal. Era de un color gris casi negro y brillaba ligeramente. No lograba apreciar la lágrima de sangre como en el anterior, pero sentía algo especial.
—El jefe estará orgulloso de nosotros por esto —Me guardé el cristal en un bolsillo y apagué la máquina.
Eron me agradaba. No teníamos mucho en común, pero compartíamos el mismo objetivo y estábamos dispuestos a darlo todo por lograrlo. Éramos los más fuertes del bando y lo mejor era que las cosas siguiesen así.
Los demás tardaron en llegar, pero aparecieron con comida. Según ellos, no había rastro de nuestro compañero. Eron y yo salimos antes de ponernos a cenar. Iríamos a deshacernos del cadáver de manera definitiva.
Las luces del día estaban comenzando a apagarse. Recordaba perfectamente el camino hasta el lugar en el que había escondido el cuerpo sin vida de ese capullo.
Algo se abalanzó sobre mí y me tiró al suelo. Intenté levantarme lo más rápido que pude, prestando atención a mi alrededor. Eron me miró asustado. Pegué mi espalda junto a la suya para mantenernos cubiertos.
—¿Qué ha sido eso? —pregunté con temor.
—No he visto nada. ¿Estás bien?
Un ruido entre los arbustos llamó su atención y lanzó una esfera de energía. El arbusto voló por los aires y tras lo poco que restaba de él quedó al descubierto la criatura que supuestamente había aniquilado.
—¿Cómo es posible? ¡Acabé con él!
El bicho saltó hacia nosotros. Lo aparté con un fuerte golpe. Intentó rápido sobreponerse y volver a atacar.
—Esta vez me encargaré yo, tú ve a por el muerto —ordené a Eron.
Se fue corriendo y me dejó sola frente al monstruo. Tenía que admitir que me daba miedo. Aunque la otra vez parecía inofensivo, el hecho de que hubiese vuelto a aparecer por arte de magia no me inspiraba ninguna confianza.
Tenía una sonrisa perversa. La lengua sobresalía por uno de los lados de su boca. Podía intentar atacarle con mis poderes, pero no lograría concentrarme para atacar. Rastreé la zona con la mirada pero sin encontrar algo útil.
—¡Tierya! ¡Tienes que ver esto!
Escuché las palabras de Eron y me puse en marcha sin dejar de prestar atención a la criatura que me perseguía.
Cuando llegué al lugar en el que se encontraba Eron vi su descompuesto semblante. Me aproximé a su posición y vi la macabra escena. Estaba desmembrado, con mordiscos en algunas de las piezas.
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Dama Blanca [GdB 2] || [EN PROCESO]
FantasySolo han pasado tres años desde que todo cambió. Todos creíamos que esto había acabado, que con el rey fuera de combate nada podría interrumpir la paz en Nosaki. Pero no es así. Un monstruo del pasado está preparado para volver y dispuesto a arrasa...