Erick bebe como puede hasta última gota de su cerveza. Ya perdió la cuenta de cuantos vasos bebió. Solo sabe que se siente demasiado ebrio.
También siente que ya es momento de acercarse al rizado y exigir la atención que se merece.
Trata de pararse apoyándose en la barra pero sus brazos le tiemblan, así que vuelve a sentarse.
Ve a Joel sonriendole a un chico rubio que está sentado no tan lejos de él. Siente náuseas.
–¿Erick?– es lo último que escucha y ya no recuerda más.
°•.•°•.•°•.•°
–Joel...- balbucea babeando su almohada.
Una sonora carcajada lo despierta. Cuando abre los ojos ve el rostro de su mejor amigo frente a él.
–No sabia que babeabas– se burla.
–¿Qué haces aquí?– cuestiona sentándose y limpiando los restos de saliva de su cara.
–Yo te traje a tu casa y como era demasiado tarde me quede a dormir en el sillón.
-¿Tú me trajiste?, ¡Idiota!
–De nad... espera ¿qué?
–¡Eres un idiota!
–¿Preferias que te dejara solo en la discoteca?
–Si era con el lindo bartender, por supuesto que si.
Chris rueda los ojos –Ese chico ni siquiera voltea a verte.
–Callate, mal amigo– le mira con los ojos entrecerrados –el otro chico dijo que si me embriagaba mucho Joel me atendería.
–Y te embriagaste tanto que vomitaste sobre mis zapatos y luego te quedaste dormido sobre la barra.
–¿De verdad?– Chris asiente.
–Sabia que lo mio no era beber– suelta decepcionado —¿Qué haré ahora, Chris? ¿como me acerco a Joel?– vuelve a tirarse sobre su cama.
–¿Tanto te gusta ese rizado?
–No te imaginas cuanto, desde que lo vi supe que es el chico que he buscado siempre y no me refiero a su físico. Es como si mi corazón reconociera al suyo. No espero que lo entiendas.
–Te comprendo mejor que nadie– ríe –me pasó lo mismo con Zabdiel.
–Tenemos que ir hoy otra vez a la discoteca.
–Pero es sábado– Erick se encoje de hombros –¿y tu cena familiar de todos los sábados?
–Le diré a mamá que estoy enfermo.
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Erick ya bebió la mitad de su botella de licor y aunque siente un ardor fuerte en su garganta no piensa rendirse.
Chris conversa alegremente con Zabdiel, solo bebiendo agua porque se comprometió en cuidar a Erick.
–¡Rizitos!– grita fuerte para que lo escuche –Estoy ebrio por ti y aún así no me miras, ¿quieres que beba más?
Joel sonríe al escuchar esa voz llamándolo, desde que lo vio sentado en la barra ha esperado que le hable pero el ojiverde solo se concentró en beber.
Camina hasta quedar en frente de Erick, lo examina un momento y habla –¿Cuanto tomaste? Parece que vas morir.
–Bebí la mitad de esta botella, ¿te parece poco?
El rizado le quita la botella para leer la etiqueta –Es el licor más suave que tenemos– ríe un poco –Al parecer eres muy débil ante el alcohol. Ayer me asuste porque no reaccionabas, bebiste mucho, ¿es común en ti?
–¿Te preocupaste?
–So-solo un poco, po-porque eres un cliente.
—¡Me gustan tus rizos!– habla de repente.
Joel ríe porque Erick está tan ebrio que le parece tierno.
–¿Te gustan mis rizos, Joel?
–Tú no tienes rizos.
–Claro que si, solo que hoy no pudieron venir.
–Estas demasiado ebrio deberías irte dormir.
–Esta bien, pero antes te diré un secreto. Acercate.
Joel acerca su oreja cerca a la boca de Erick.
–Es mentira, no tengo rizos– ambos ríen como tontos y cuando Joel voltea Erick atrapa sus labios.
Joel le sigue el beso, no hace el menor intento por separarse porque después de todo Erick está ebrio y no sabe lo que hace.
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Sober °•.Joerick.•°
ContoDime tus sentimientos, ahora que no estoy sobrio. No copias, adaptaciones u homofóbicos.