Cap 3

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- ¿Sabes qué vamos a hacer en la clase?

- Si, tenemos una revisión médica, o algo así.- Dijo con indiferencia.

- No, no, no puede ser, seguro hay agujas... No, no, me vuelvo a la habitación.- contesté girándome con cara asustada y muy nerviosa. Pero, cuando ya iba a empezar a correr para regresar a la habitación, Marcos me agarró del brazo impidiéndome avanzar.

-¡Suéltame!- Grité con los ojos llenos de lágrimas- ¡No pienso ir allí!- Seguí gritándole y forcejeando para que me soltara.

-¡No te comportes como una niña pequeña! Vas a venir conmigo. Solo serán unos pinchacitos de nada. Ni siquiera los vas a notar.

- Pero, ¡son agujas!- Solté tratando de mantener mis argumentos e irme de allí.

-¿Y qué? lo tenemos que hacer todos, cuanto más te quejes, peor será. Además, quieras o no, pienso llevarte conmigo, aunque sea a rastras.

- No quiero ir, me dan miedo las agujas... y los médicos en general.

La expresión de su cara era dura y enfadada, pero se reblandeció al oírme decir eso y me abrazó, acariciándome la espalda.

- Tranquila, note vas a enterar de las agujas, te lo prometo. Trataré de estar contigo el mayor tiempo posible mientras nos hacen las pruebas. No tengas miedo, ya verás como después me dices que no ha sido para tanto. Ahora, vamos a la sala, ya hemos perdido demasiado tiempo y seguro nos están esperando.

- Sigo teniendo miedo.- Le dije abrazándole con más fuerza y llorando de nuevo.

Marcos se limitó a apoyar su cabeza en la mía y seguir pasándome el brazo por la espalda. Después de un par de minutos así, se separó un poco de mí y me cogió la cara con las manos elevándola hacia la suya. Con sus pulgares, me secó las lágrimas y comenzó a decirme;

- Sé que esto es difícil para tí, y para mí, y para todos los que estamos aquí. Porque hemos dejado todo atrás, y ni siquiera lo hemos elegido nosotros. Pero tenemos que pensar en lo bueno de esto, la Tierra se está yendo a la mierda, y nos han salvado, ¡nos han salvado, Leyre! Y, aunque parezca que nos han arruinado la vida, lo único que han hecho ha sido hacer que empecemos de nuevo, una vida nueva, un planeta nuevo, y unos compañeros nuevos. Acostúmbrate a esto como estamos haciendo los demás, porque no te queda otra opción, y porque ya eres mayor, y tienes que entender esto y comportarte como tal. Sal ya de tu estúpido mundo de cuento de hadas y afróntate a la realidad que vives. Así que, vamos a ir a ese dichoso exámen médico, y te vas a portar bien y vas a estar tranquila. Estaré contigo, o lo intentaré.

No le respondí, solo comencé a andar hacia donde nos guiaban las líneas con la cabeza gacha y un dolor insoportable en el corazón. Percibí que estaba enfadado conmigo, gracias a mi estúpido comportamiento infantil. Caminamos durante un buen rato por los pasillos laberínticos e interminables de la nave, hasta que llegamos a la sala. Tenía muchísimo miedo,nunca me habían gustado las agujas, pero sabía que si volvía a montar el numerito, Marcos se enfadaría de nuevo, por lo que intenté estar lo más tranquila posible.

- Bueno, ya estamos, quiero que te relajes antes de entrar.

- Eso estoy procurando hacer. 

- Cuando dejes de temblar, entraremos.- ¿Estaba temblando? No me dí ni cuenta. Venga, Leyre, tranquilizate, todo va a estar bien... Cogí la mano de Marcos, la apreté, y la solté de nuevo.

- Vamos, estoy lista.- Solté muy confiada. Él abrió la puerta y se quedó esperando.

-Las damas primero.

Bueno, algún día tendría que superar mi miedo a los médicos, para mi parecer, iríamos a esas revisiones muy a menudo. Crucé el marco de la puerta y Marcos lo hizo detrás.

Allí, nos esperaba un chico de unos 20 años.

- Por fin llegáis, los demás ya han terminado. Me llamo Iván, y seré vuestro entrenador hasta que se considere que estáis preparados.Bien, se terminaron las presentaciones, tumbaros cada uno en una camilla.- Ordenó señalando un par de ellas detrás de él.



Número 216Donde viven las historias. Descúbrelo ahora