Una mano cálida estaba sosteniendo la mía. Mis sentidos se iban despertando de nuevo. Con un gran esfuerzo, conseguí abrir los ojos en busca de la persona que estaba sosteniendo mi mano.
-¡Te estás despertando!- Exclamó emocionado.
Cuando mi visión se volvió más clara, vi unos preciosos ojos castaños con lágrimas acumuladas en ellos.
- Pensé que no volverías. Dijeron que no fue nada fácil la operación. Me encantaría abrazarte, pero me lo han prohibido. - Dijo volviendo su mirada a otra dirección. Miré hacia allí, y me encontré con Iván.
- Parece que, por fin, has despertado. Llevabas un día entero dormida. Pensábamos que no volverías, pero se nota que eres dura de roer. Eso está bien, así aguantarás mejor las misiones cuando lleguemos.- Solo le importaba el dichoso planeta, le daba igual todo lo demás, o eso hacía ver.
- Estarás un tiempo reposando en tu cuarto para recuperarte. Y, en cuanto a ti, ya la has visto así que ve a clase. o me quedaré con ella.
- De acuerdo, pero como la pase algo, lo lamentarás.
- Adiós.
- Adiós.
Marcos corrió la cortina hacia un lado y salió fuera dedicándome una mirada de tristeza. Yo traté de sonreírle un poco para hacerle ver que iba a estar bien.
- Bueno, ya se ha ido tu querido novio protector. Ahora, dime, ¿Qué tal te encuentras?¿Notas alguna molestia?- ¿Se estaba preocupando por mi?, ¿Por uno de sus juguetes?
Abrí la boca para hablarle, pero no conseguía que las palabras salieran de ella, ya que subían dolorosamente por mi garganta y se acababan convirtiendo en quejidos de dolor.-¡Oh! no me di cuenta. Tuvimos que intubarte, por eso te cuesta tanto hablar. Ten, escribe aquí.- Respondió a mis quejidos tendiéndome una pantalla y un bolígrafo.
Levanté muy despacio las manos hacia la pantalla que me ofrecía y vi que de mi muñeca salía un pequeño tubo. Lo miré con los ojos muy abiertos y dejé caer las manos hacia el colchón.
- Parece que no te gustan mucho las agujas, pero sin eso te acabarás desnutriendo y ahora no estás en condiciones de comer. Es probable que mañana o más tarde ya puedas comer, así que ya te lo quitaré. Ahora, por favor,¿podrías decirme qué tal estás?- Me tendió nuevamente la pantalla.
Esta vez si la cogí, y con una letra espantosamente temblorosa conseguí escribir que estaba bien.
- Genial, me alegro mucho. No me puedo permitir a ninguno de vosotros, sois muy pocos.
No podía aguantarme más la pregunta y con otro esfuerzo escribí: "¿Solo te importamos por conquistar el planeta?" Lo leyó y se quedó pensativo unos instantes. Después se acercó a mi y rozó mi frente recogiendo un mechón suelto de mi cabello para colocarlo detrás de mi oreja. Colocó la palma de su mano en mi mejilla tiernamente y dijo.
-Me importáis más de lo que creéis. No solo sois muñecos que puedo manejar fácilmente.Sois humanos, la raza más inteligente del planeta Tierra, y en cuanto lleguemos, del P-12. Siento haberme comportado así con tu novio antes y el otro día. - Me irritaba que dijera que Marcos era mi novio. No lo era y se lo dejé bien claro en la pantalla. "No es mi novio, le he conocido aquí."
- Pues lo parece, casi me mata cuando vio que tardabas en despertar.- A eso le contesté con una mirada de incredulidad irónica.-¿Qué? no me mires así, te trata como si fueras su posesión más preciada. No lo niegues, sabes que es la verdad.- Me hizo sonreír, en el fondo, Iván era un chico majo. Aunque muy duro cuando no hacías lo que él quería o preguntabas a destiempo.
- Voy a levantarte un poco la cama, así tumbada no debes estar muy cómoda. Si te molesta o te duele, hazme un gesto o algo para que pare.
Apretó un botón en el lateral de mi cama y la cama comenzó a elevarse. Al principio estaba todo bien, incluso mucho mejor. Pero después noté un dolor punzante en el pecho. Ahogué un gemido y la cama se paró rápidamente.
-¿Estás bien?¿Leyre?- El pecho no dejó de dolerme y me aferré a las sábanas del dolor. Tenía los ojos muy abiertos y la respiración acelerada, era horrible, sentía como si me acuchillaran, pero no podía gritar, mi garganta irritada lo impedía.- Tranquila, con esto se te pasará, solo será un pinchacito...- Dijo clavándome una aguja en el hombro.
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Número 216
RomanceUna nueva vida, una nueva familia, un nuevo reto... pasajeros de la nave ¿listos para embacaros en una nueva aventura hacia el P-12? pues, abróchense los cinturones, mantengan la calma... Y, sobretodo... ¡Disfruten!