cap 6

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Poco después ya no me dolía nada, me sentía muy ligera, como una pluma.

-¿Mejor?- Contesté a su pregunta con un leve movimiento de cabeza.

- Bueno, voy a ver si ha pasado algo en la herida.- Empezó a desabrocharme los botones de la bata de hospital que llevaba puesta. Sus manos se notaban ágiles, eran suaves y desprendían calor a su paso. Abrió la bata descubriendo una fina línea de puntos encima de mi corazón. Se habían enrojecido un poco y parecían algo inflamados, pero supuse que era normal, pues solo hacía un día que salí de la operación.

- Parece que se ha abierto un poco. Te lo curaré.

Encima de mi mesilla, había un pequeño maletín blanco con una cruz verde. Supuse que era un botiquín. Iván lo abrió y de el sacó un tubo como de pata de dientes, le quitó la tapa y salió una pomada de color blanquecino que esparció en los puntos.

- Mucho mejor. Ahora te dejaré que descanses un poco. Quizá cuando despiertes ya puedas hablar. Le diré al 217 que no venga a molestarte. Luego nos vemos.

<<Adiós>> Le escribí en la pantalla.

- Adiós, intenta no moverte mucho o te volverá a doler. Si necesitas cualquier cosa, pulsa el botón que hay al lado de la cama. Si no tienes sueño, en la tablet puedes consultar lo que han hecho en clase tus compañeros. También te dejo unos auriculares por si quieres escuchar algo de música.- <<Gracias>>- No hace falta que me las des, suficiente que os hemos metido en esto. Sé que no te sentó muy bien saber que tu familia no está. Pero tranquila, te integrarás bien. Yo tampoco estoy aquí por placer.- Dijo apenando la cara y dándome una palmada en el hombro. Después salió de mi cuarto. No lo parecía, pero en el fondo me comprendía. Él tampoco era feliz aquí, sin su familia y amigos. Pero él tuvo la suerte de mandar sobre nosotros. Me preguntaba si a él también le sacaron de su trabajo o de donde estuviera y le durmieron igual, o si ya estaba entrenado de antes, pues tenía muy buenos dotes de médico. Debía hacerle todas esas preguntas, me caracterizo por ser una persona muy curiosa.

 Estuve un buen rato pensando en las mil cosas que se me pasaban por la cabeza y tratando de contestar las preguntas que me surgían. Acabé aburriéndome  y me puse a escuchar música. Sorprendentemente, la tablet tenía internet. Busqué algunas canciones que me traían recuerdos de mi familia y amigos y se me escapó alguna que otra lágrima.

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 Hola queridos lectores, muchísimas gracias por el apoyo que le estáis dando a esta pequeña historia. He decidido comunicarme con vosotros a esta altura del libro ya que he visto  que tenía bastantes lecturas. Y bueno, solo decir que me emociona mucho todo esto y me gustaría que opinarais sobre que os está pareciendo y también están bienvenidas todo tipo de sugerencias.

Muchas gracias a todos. Leyre Rampérez.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2023 ⏰

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