Parte 1.
La vida es un millón de momentos y, claro que, este era uno de ellos.
Una llovizna en la acera, un alma más parada debajo de la fría lluvia.
Un cuerpo posaba recargado en el faro que alumbraba la esquina de la cafetería.
Mi pregunta era: ¿Por qué habiendo refugios, él no iba hacia ellos?
Pues, eso pasa en la vida, habiendo tantos caminos, siempre elegimos el peor y más fácil, en el caso del joven, era no correr hacia algún local. Corriendo el riesgo de contraer una enfermedad.
Así como algo llega, se va. La lluvia paro algunos minutos después, dejando una ligera llovizna.
Tome el último trago de mi Frapuccino, puse la correa de mi mochila que contenía mi preciada cámara profesional y salí del lugar.
Frías gotas tocaron mi cabeza. Hale de mi gorro añadido a mi chamarra.
En las tardes, las calles de la pequeña ciudad, eran lo ideal para una persona que quisiera divagar. La serenidad de la noche era cautivadora.
Mientras caminaba, dirigiéndome a los departamentos en donde vivía, podía escuchar mis propios pensamientos.
Los árboles se movían ligeros, las gotas quedadas caían mojándome.
La última lámpara antes de doblar hacia la puerta del gran edificio se encendió. Al ser automáticas, daban un mejor uso.
¿Qué mejor que un café caliente en medio de un día lluvioso? Ese ya lo había tomado.
¿Qué mejor que llenar una memoria más con fotografías? Ya había tomado dos memorias para eso.
Ahora era tiempo de dormir, el ligero rocío de la noche se colaba por mi ventana.
Las sabanas azules rodeaban mi cuerpo, cayendo en la comodidad del sueño.
¿Sigo?
Gracias, acepto opiniones y/o comentarios.
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THE PHOTOGRAPHER (Historia Corta)
Non-Fiction¿Cuan importante puede ser un desconocido? ¿Cuantas cosas te puede enseñar la vida?