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Habían pasado ya tres meses desde que ambos chicos trabajaban en aquella empresa. Ya con la confianza de estar ahí, cada uno había comenzado a demostrar su verdadera personalidad, con la condición obviamente, de seguir con las reglas y el respeto dentro del edificio, como se les indicó el día en que entraron al trabajo. 

-¡Yoongi!

-¿Qué pasa?

-¿Tienes el documento que nos entregó hace unos días el jefe Kim? Creo que lo he perdido y ni siquiera lo leí

-Y el distraído soy yo - susurró a lo bajo el pelinegro, abriendo un cajón, pero volviéndolo a cerrar - ¿donde lo dejé? - se preguntó, agachándose para buscar en el cajón inferior

Jimin lo vio fijamente, relamiendo sus labios con lentitud al ver como se veía el trasero de Yoongi al agacharse. Definitivamente le gustaba la vista 

Sin embargo, cuando el mayor se levantó y giro, tuvo que despegar la vista inmediatamente, depositandola ahora en una pequeña basura de lápiz que se encontraba en el suelo a lado de él

-Aquí está, ¿quieres que le saque una copia? 

-Sí, por favor - pidió el ahora pelirrojo

Yoongi caminó hasta la máquina, sacando una copia de la hoja que les había entregado Jin, una donde les indicaba un par de reglas nuevas que se iban a tener que respetar a partir de ya. No había mucho problema realmente, sin embargo, había un punto que a Yoongi no le agrado mucho, y era el que tenían que asistir todos los encargados de las áreas a una junta que se llevaría a cabo cada mes, para dar reporte y hablar sobre los beneficios obtenidos. Por supuesto, él no objetó sobre ello, pero en su interior comenzaba a sentirse preocupado, y eso que aún faltaba una semana para la primera junta. 

El pelinegro le entregó la hoja a su compañero, a lo cual éste agradeció, guiñándole el ojo y saliendo con una sonrisa. Yoongi solo frunció los labios y el ceño 

Cuando fue la hora del descanso, todos suspiraron, saliendo de sus zonas y yendo a la cafetería. Todos, excepto uno.

-Debería ir por un café al menos... - susurró - pero esperaré un poco, odio como se llena todo ahí

Yoongi se recostó en el sofá dentro de la oficina, cerrando los ojos y dando un gran suspiro para relajarse. 

Su trabajo aun era como al principio, ni tan liviano pero tampoco tan pesado. Le agradaba seguir solo en ese departamento, puesto que ni quería compañía, ni la necesitaba para trabajar. Él solo podía. Habían veces en que algunos compañeros iban a pedirle algún favor o él mismo los llegaba a necesitar para saber alguna información, pero podía lidiar con eso, a menos, que no pudiera ayudarlos en lo que ocupaban.  Cuando eso pasaba, se sentía mal, se sentía tonto por no poder ayudar o avergonzado cuando le decían "no te preocupes, le preguntare a alguien más haber si sabe. Gracias". Se sentía fracasado aún cuando eso pasaba cada mil años. 

Su problema de fobia la podía controlar gracias a los audífonos en sus oídos que siempre estaban presentes, con un volúmen lo suficientemente bajo como para poder prestar atención a los ruidos y voces a su alrededor, sin embargo, eso no funcionaba cuando tenía que ir con SeokJin o con alguien más importante que él. Ellos, la primera vez que lo vieron con esos aparatos, le dijeron que frente a ellos no los usara. Yoongi esa vez en seguida se molestó por la forma en que se lo dijeron, pero igual no lo demostró porque sabía que tenían razón y simplemente dio de respuesta un sí. 

-¿Yoongi? - esa voz ya conocida lo interrumpió de su dulce sueño, haciéndolo abrir los ojos 

-¿Qué quieres?

👑Audífonos Inservibles | Yoonmin/JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora