👑Audífonos Inservibles | Yoonmin/JimSu

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-Jimin, puedes hacerme un favor y llevar estos documentos a sellar en el área de arriba?

-Por supuesto - afirmó Jimin con una sonrisa

Hacia a penas una semana de que trabajaba en la empresa de marcas. El jefe había dudado un poco en si dejarlo trabajar para él o no, pero decidió darle una oportunidad ya que se notaba su personalidad activa y energía limpia. 

Cuando entró el primer día, no pudo evitar buscar con la mirada a Yoongi, pero nunca lo vio. Le dio pena preguntar, pero supuso que no lo habían aceptado para trabajar ahí. Ese día se sintió triste por ello, tenia las esperanzas de verlo y estar, de alguna forma, con él. Sentía la necesidad de estar con él.

Jimin subió las escaleras con calma, no había prisa puesto que su área de trabajo era la más "relajada" de todas, pero vaya sorpresa se llevó cuando llego al piso y visualizo a Yoongi hablando con un chico más grande que ambos. Pasó saliva nervioso y se acercó a la zona a donde iba

-¿Jimin? 

Se tensó en seguida

-Yoongi - susurro, tratando de no saltar de alegría - hola

-Hola - sonrió levemente Yoongi, quitando un audífono de su oído - ¿trabajas aquí?

-Ah, sí. Hace poco me aceptaron. Pero veo que tu llevas más tiempo

-Sí - asintió Yoongi - poco después me aceptaron de ese día que me trajiste. Te lo agradezco

-No es nada - volvió a sonreír Jimin. No podía evitarlo al tener de frente al pálido

-Bueno y, ¿a que has subido?

-Ah, tengo que entregar estos papeles, pero la puerta está cerrada

Yoongi reviso el papeleo, y se dirigió a la puerta cerrada

-Yo soy el encargado ahí

Jimin abrió los ojos como platos, siguiendo a Yoongi hacia la zona

-¿Tan pronto entraste te pusieron de encargado?

-Sí - asintió Yoongi, sellando papel por papel - fue gracias a las buenas opiniones que he tenido de los demás trabajos, y a mi carrera por supuesto. ¿Y tu? ¿en que área estas?

-Estoy abajo, como ayudante de Kim Taehyung 

-Oh, con razón nunca te había visto. Ustedes salen antes que nosotros 

Jimin asintió lentamente, recibiendo los documentos ya sellados

-Bueno, fue bueno volverte a ver Yoongi

Yoongi asintió, formando una leve sonrisa 

Jimin salió del departamento, yendo de nuevo a las escaleras y gritando internamente de felicidad por saber que, en efecto, Yoongi se encontraba trabajando en el mismo edificio que él 

(...)

-¡Yoongi! ¡No puede ser que seas tan idiota!

Yoongi apretó la mandíbula por tercera vez en el día

-¿Que tienes en la cabeza Yoongi? ¿Por que no puedes hacer algo bien?

Yoongi ahogo su llanto, sin poder evitar que un par de lagrimas salieran de sus ojos gatunos 

Solo había cometido un pequeño error: tirar un vaso de vidrio

Sí, sonaba estúpido, pero era la realidad.

-Lo siento, no lo vi 

-¿Qué? ¿Ahora necesitas lentes?

El pelinegro negó con la cabeza, yéndose a su habitación a paso rápido. Y estando ahí, se dispuso a desahogarse lo más que pudo. Pero algo lo hizo callar, una conversación proveniente de afuera de su cuarto minutos después.

-"Ah, sí. ¡Me alegro mucho! Ya desearía que mi hijo fuera como tu, pero es tan distraído y callado, ya sabes, lo de ahora. Me hubiera gustado que fuera tan extrovertido y energético como tu, sobrino" 

La madre de Yoongi rió feliz y divertida. ¿Por qué siempre mostraba felicidad ante los logros de alguien más?

Sí, lo aceptaba, el era lo bastante callado y tímido como para no poder si quiera entablar una conversación con alguien, pero esa no era razón para que su madre siempre lo comparara con los demás que eran completamente diferentes a él. Debía aceptar como era su hijo y ya, ¿no? Pero no, su madre siempre se empeñaba en comparar a su hijo, según ella, para que el pálido notara su error de personalidad y cambiara. 

Vaya tontería. 

Lo único que habían logrado sus padres desde que Yoongi estaba pequeño, era darle incomodidad, desconfianza en sí mismo e inseguridad ante todo y todos. Nunca fue correcta la forma en que sus padres le mostraban como se supone debía ser. Cada quien tenía una personalidad y Yoongi lo sabia, pero el problema era que aun así, Yoongi como buen hijo quería que sus padres se sintieran orgullosos de él, a pesar de todo, pero nunca lo había logrado, nunca había logrado sacar aunque fuera una sonrisa en el rostro de su padre o de su madre. A veces pensaba y estaba seguro en que nunca los había visito sonreír por él, siquiera llegaba a preguntarse si sonrieron al momento de su nacimiento.

Entre sus pensamientos negativos recordaba cuando sus compañeros de escuela decían que nadie podía morir de tristeza, pero él estaba seguro de que sí se podía, y diversos días se daba cuenta de eso, pues su pecho dolía tanto que sentía como su corazón se rompía. Dolía bastante y le llegaba a dar miedo. 

-Debería morirme, tal vez esa sea la única vez que logre hacerlos sonreír - susurró en un hilo de voz

Tal vez el vaso roto no era razón para sentirse así pero, ¿Han escuchado que a veces las personas no lloran por lo que creen? Las personas usan pequeños momentos malos como pretextos para llorar por algo que los mantenía o mantiene reprimidos en un mar interno de lágrimas que imploraban salir, liberarse

-Nunca puedo hacer algo bien - volvió a susurrar, cansado de llorar por tanto tiempo - me odio...