PRÓLOGO

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En un mundo donde la libertad era algo que simplemente se consideraría ficticio, algo que era una ilusión de aquellos débiles que soñaban que algún día se les otorgaría la felicidad de ser ellos mismos.

Cuando la risa de aquel camarero y el humo de una taza de café era lo que le mantenía vivo, sin tener claro porqué; extraño, pero le gustaba sentirlo; vivir en aquella ilusión que aquel chico llamado Nathaniel le contaba, un mundo donde las palabras eran simples morfemas que se desvanecían en el aire cual hoja en una tarde de viento, y que no se clavaban en tu piel para acabarte y destrozarte como lo hacían aquellas personas que hablaban como si no utilizaran su materia gris antes de que su boca pronuncie palabras que se podrían considerar putrefactas.

Así era su mundo e intentaba ignorarlo, hasta que llegó él;

sonriendo en aquel mundo lleno de lágrimas...

1950「casthaniel」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora