Capítulo 1: Rutina

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En vida hay ricos y pobres, héroes y tiranos, creyentes y paganos, pero en la muerte no existe diferencia alguna, pues en ella somos todos iguales.

Publilio Siro


Buenos días, Central City, les habla su querido DJ Cedric, vamos es hora de despertar, es una mañana de Lunes de lujo, perfecta para hacer algo de ejercicio, tomar un delicioso café o arrancar la semana con el mejor animo posible, sea en el trabajo o en la escuela, así que los dejamos con el ultimo éxito de Cody Matthew Johnson, para ayudarlos a dejar la cama, así que disfruten del tema del momento, Saudade.


Mhhh - se quejo el rubio, luchando por alcanzar el despertador, queriendo parar la música que provenía del dispositivo, odiaba los Lunes, como la mayoría de las personas, pero sabia que debía levantarse, aunque su cuerpo le rogara a gritos que se quedara allí al menos cinco minutos mas, no seria la muerte de nadie, ¿o si?

Se levanto a medias, paso una de sus manos por su cara, dando un leve masaje mañanero a esta, miro la hora en el reloj despertador, que marcaba las 6:45 de la mañana, recordaba haber preparado la alarma para esa hora, así tendría tiempo de prepararse y desayunar antes de empezar el día, trato de levantarse por completo, pero su cuerpo le daba una negativa total y no respondía a sus ordenes - Cinco minutos mas no serán un crimen - se dijo a si mismo, sonriendo de manera picara, poso su cabeza nuevamente sobre la acolchada almohada, sintiendo que nuevamente había dejado la tierra y ascendía a una total y serena calma, poder quedarse en cama después de una semana ajetreada era considerado una ambrosía de dioses para Barry Allen, suspiro lleno de placer el poder estar así en ese momento.

Miro nuevamente al reloj despertador, que ahora marcaba las 6:46 de la mañana - el crimen perfecto - dijo, sonriendo nuevamente, poco a poco fue entrecerrando los ojos, mirando los números digitales de color rojo mientras poco a poco se desvanecía en el sueño, suspiro aliviado, agradecido de poder estar allí, en calma, en paz, en completo orden, a su manera, y era de la forma en la que mas lo disfrutaba.

Pasaron los segundos, abrió nuevamente los ojos, y su cara de felicidad y alivio se transformo en una de frustración, horror y desesperación, pues vio como ahora el reloj marcaba las 7:30 de la mañana, se había quedado dormido, por undécima vez.


¡Maldición! - exclamo el rubio, saltando de la cama - No, no no, ¡no de nuevo! - se decía a si mismo, tratando de buscar la ropa en su cuarto, a pesar de ser tan ordenado, no encontraba las cosas cuando mas las precisaba - ¡Aja! - exclamo, cuando recordó que había dejado sus prendas en el baño, había pensado en tomarse una ducha y luego cambiarse en el baño, mas el pequeño contratiempo le había alterado todos sus planes, entro al baño y empezó a cambiarse, quitándose la musculosa que utilizaba para dormir y arrojándola al cesto de ropa sucia, se puso el jean lo mas rápido posible, lo mismo con una camiseta roja, con lineas amarillas a los costados de los brazos, arrugando ambas prendas en el proceso, que previamente habían estado bien acomodadas en una mesita en el baño.

Se acerco al lavabo, tomo la pasta de dientes y se cepillo lo mas rápido posible los dientes, no quería andar saludando a nadie con su aliento matutino, de mala experiencia ya sabia que esos olores procedente de su boca durante la mañana no eran adecuados para la salud humana, incluida la suya, tomo el enjuague bucal luego de cepillar sus dientes y dio un fuerte trago, haciendo gárgaras y escupiendo el producto de manera rápida en el lavabo, no sin antes manchar su camiseta - ¡Mierda! - exclamo molesto, tomando una toallita y intentando limpiar el desastre que se había hecho, mas no podría - Bah, luego veré como lo limpio.

Estoy contigo, durante esta noche oscura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora