They don't know about us

Moments

-Si tan solo pudiéramos tener esta vida un día más, Si tan solo pudiéramos volver el tiempo atrás.

Narra Louis} 

Se me hizo muy difícil volver a casa sin mamá, Paloma había estado callada desde que comenzó el entierro hasta que subimos al coche, ella me había pedido que la ayude a subir al coche ya que sus piernecitas no podía subir al coche y el único sonido que hizo fue:

-Lou, no puedo

Y levantó sus bracitos, y la subí, después de eso, no habló más. ¿Por qué no lo hacía? Tenía miedo de que se convirtiera en esas niñas raras que se visten de negro y no tienen amigos. Llegamos a la cuadra de mi casa, yo tampoco hablaba y el ambiente en el coche con mis tíos adelante y Paloma callada era denso. Recargué mi cabeza en las piernecitas de mi pequeña hermana y ella me miró con sus ojos azules como los míos, como los de mamá, sonrió y deposito un besito en mi frente.

-Vamos a volver a ser felices Lou, lo prometo

Tomaba mi mano y me acariciaba como si fuera yo el que tenia 6 años y necesitaba que me protejan. Ella era una niña demasiado madura para su edad, y yo era un maldito bruto que perdió la oportunidad de despedirse de su madre por última vez por golpear al doctor que la había matado. Claramente, ella se había quedado con la inteligencia y la maduréz.

-Eres la niña más inteligente y bonita que hay en el mundo Paloma, y te amo más que a nada

-¿Más que a Avril?

Me preguntó con sus ojos llenos de preocupación. En ese caso, se había quedado sin inteligencia o no se notaba que a Avril no la amaba

-Yo te amo de verdad.

-Yo te amo a tí Lou

Dijo riendo. Ella no soportaba a Avril y Avril se moría por la aceptación de mi hermanita, pero ella más que nadie sabía que esa chica no era para su hermano mayor.

-Paloma, iremos los dos a tomar un helado, mientras tu hermano y tu tía juntan las cosas ¿si?
Interrumpió mi tío, ella saltó gritando, el helado, era su debilidad.

-Te veo luego Paloma

Dije y besé su mejilla, ella sonrió, tan hermosa, tan pequeña, tan inocente, si alguien algún día rompía su corazón yo le rompería las piernas y cada uno de sus dientes.

-Adiós Lou, 

Dijo aceptando mi beso. Abrí la puerta y pisé el césped. Y allí estaba ella, mi casa con ventanales azules y puerta blanca, césped verde y el aroma a primavera. ¿Algo más me haría recordar a mi madre?

Llegué a la puerta y pase la llave por el cerrojo. Y me quedé parado mirando la alfombra que cubría el suelo que decía: “Bienvenido”, esa la había elegido mi mamá, yo quería una normal que solo sirviera para limpiarse los pies, pero no, ella tenía que ser amable. Empujé la puerta y se me helaron los huesos, jamás me había dado cuenta hasta ahí de cuantas fotos habían en esa casa. Fotos que tomaba mi mamá, habían fotos nuestras acostados, parados, dormidos, comiendo, limpiando, entrando a la casa, saliendo. Y en el final del hall una foto de los tres juntos. Susy, mi tía se sentó y me dijo:

-Toma el tiempo necesario, solo que a las tres tenemos el vuelo a Londres Louis.

Subí las escaleras corriendo para que las imágenes no hagan tanto impacto en mi, toda mi infancia estaba allí en forma de fotos. Esa infancia que, al igual que la casa, serian vaciados y vendidos a otras personas que vendrán a tener su felicidad, donde yo fui feliz.

Me iría a Londres a vivir con mi tía hasta que termine el instituto y consiga un trabajo, entonces llevaría a Paloma a vivir conmigo 

-Las dos y media Louis, nos queda media hora. RÁPIDO