Paris

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- Paris, Besarnos en un oscuro restaurant, Bailaremos hasta morir, Querremos salir todas las noches, Prométeme que no diremos adiós

{Narra Louis}

Una vez en la puerta de su habitación, no intenté golpear, sólo intenté probar que no estaba bajo llave. Y no lo estaba. Entré hasta que pude dar un paso y volver a cerrar la puerta. Harry no me veía, tenía sus rulos descontrolados y su rostro hundido en sus brazos y en medio de las almohadas. Me sintió y gruñó.

-Mamá, ¿Qué quieres? ¿No es suficiente para ti? No volveré a ver a Louis, nunca, mamá. Ya no seré el homosexual del que te avergüenzas, pero, ya estaba peleado con él, mamá.-hizo una pausa significativa y suspiró, creía que yo era su madre, y yo no decía ni una sola palabra- Ya casi lo estaba superando, pero, ¿Hacía falta hacer semejante escándalo con eso de cenar? Te dije que a Louis no le gustaban las cosas ser... 

Al fin me miró. Mi piel se heló y por fin encontré esa paz que buscaba en él. Sus ojos eran como platos, y sus pestañas estaban húmedas. Había estado llorando. Cuando me vio se puso en pie de inmediato y acomodó su cabello

-L-louis.

-Harry

Correspondí a su llamado asintiendo y diciendo su nombre, se ruborizó y secó su rostro. Habían restos de lágrimas en él.

-Creí que eras... Mi madre.

-¿TENGO CUERPO DE SEÑORA?

Fingí haberme ofendido por eso para romper lo tenso del ambiente. No funcionó. Seguía serio mirando sus dedos entrelazados unos con otros, mordía su labio inferior y escondía su mirada para no cruzarla con la mía. Todos esos intentos para perder nuestra conexión fueron en vano, al menos para mí, porque al estar encerrados en la misma habitación, pequeña y adorable, respirando su aire, aspirando el aroma masculino que emanaba ya volvía a sentir, ahí estaba de nuevo esa corriente eléctrica que tenía cada vez que lo tocaba o lo miraba a los ojos.

-Harry, nos debemos una...

-Charla, lo sé.

Dijo interrumpiendo mis palabras.

-Si, eso mismo, Harry.

-Nos la debemos, lo sé, la cuestión es ¿Quiero yo tener esa charla y saldar esa deuda? 

Me miró, mi corazón se aceleró. No planeé cruzarme nunca más con el "niño ricitos", por eso me sentaba lejos y no volví a hablar con Niall, así que no me esperé que rechazara esa oferta de que habláramos, no planeé lo que le iba a decir, estaba desarmado. No tenía palabras, no tenía oraciones. No palabras, no oraciones. 

-No sé, Harry. Pero yo necesito saber como eres saber que te pasa y por fin, que me conozcas y que te enamores de mi.

Dije. No, en realidad, no lo dije yo. Lo dijo ese pequeño intruso en mí que, al parecer apareció en mí, desde que Harry había aparecido en mi vida, por segunda vez. Tal vez tan solo aparecía cuando estaba Harry, por eso no lo dejaba hablar por mí, pero en cuanto estuve frente a Harry, tomó poder en mí y lanzó lo que siempre quise decirle. Él me miró atento, al parecer, le gustó la proposición de mi subconsciente, o mi pequeño intruso.

-¿Te dejó Donny?

Me reí. Por dentro, y por fuera. Harry me observaba confundido. Entonces, ahí estaban de nuevo, sus ojos, su mirada, su estilo de vida que me dejaba parado en un sitio donde el control no era una opción. Lo extrañaba tanto, a su postura al pararse, a sus rulos, a su mirada, sus labios fruncidos, formando una línea perfecta con rasgos perfectos. Extrañaba a mi Hazz.

They don't know about usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora