West Coast

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-En el balcón y yo estoy cantando: Uh cariño, uh cariño, estoy enamorado Puedo ver a mi dulce chico balanceándose Es loco y cubano como yo, mi amor En el balcón y estoy diciendo: Muévete cariño, muévete cariño, estoy enamorada

{Narra Harry}

Louis parecía emocionado, pero conducía despacio, el camino hasta el hotel, se me hizo eterno, y el sol brillaba sobre este país. Las chicas eran bonitas, refinadas y seguramente con un lindo acento. El acento de Louis, acento francés.

-Lou, ¿Por qué fuiste a Londres sabiendo que este era un lindo lugar?

-Lo dices porque es tu país favorito, aún no haz vivido aquí

Sabía eso. Odiaba cuando íbamos a Estados Unidos a visitar a mis tías y me decían: «Ese lugar es hermoso, ¿De verdad no te gusta vivir allí» Lo que realmente sucede con mi patria, es que no me interesa, ya que desde el principio no me hizo sentir parte. No me siento inglés, siento que mi corazón es francés, tal vez, es aquí donde pertenezco. Sonreí al pensar eso, tal vez si fuera de por aquí, las cosas con Louis hubiesen sido más fáciles, aún así lo amo. Lo miro mientras conduce.

La línea que se le dibuja en los labios a causa de la concentración, mi chico, lo conozco de hace un mes, y lo amo. Sus ojos se van, cuando está concentrado, pero esa línea en su boca de concentración, tiene una leve curva hacia abajo, casi es una sonrisa. Me pone feliz que sea feliz, y se le ilumine el rostro ¡OH por Dios que sensación más bonita! Ay, mi Tommo, si supiera que quieres para mí. Te amo tanto. 

-Harry, deja de mirarme así.

-¿Por qué?

Le digo un poco ofendido
-Porque estoy conduciendo.

-¿Y eso que tiene que ver?

-Que me desconcentras.

-¿NECESITAS MUCHA CONCENTRACIÓN PARA CONDUCIR UN COCHE!

Levanto un poco la voz, él aparca el coche, no me doy cuenta de donde porque lo estoy mirando fijo a los ojos.

-Porque si, me desconcentras.

No le bajaba la mirada. Eso molesta al señor Tomlinson. ¡Já! Y luego me llamaba obeso del control.

-¿Por qué te desconcentro, Lou?

Lo dije intentando sonar lo más erótico posible. Él pareció molestarse, de sus ojos salía fuego, y me miró fijamente. Abrió la boca y escupió:

-PORQUE NO PUEDES IR POR EL MUNDO MIRÁNDOME DE ESA FORMA, PUEDO ATROPELLAR A ALGUIEN.

-¿Qué tiene mi forma de mirar, Lou?

Le digo inocentemente. Él se baja del coche, y yo bajo con él. Estamos en el hotel, un hombre toma el Audi negro nuevo que acaban de regalarle a Louis y se marcha a aparcarlo, Louis entra al hotel y habla con le recepcionista que tiene unos grandes ojos color miel. Yo espero sentado en uno de los grandes sillones que hay en la sala del hotel, estoy dando golpecitos en el suelo con mi pie. Estoy muy nervioso.
Louis termina de hablar con la señorita y me hace seña de que vaya con él, un hombre nos marca el número de piso en el ascensor y nos deja solos. Piso 17. El ascensor anda lento. Cuento cinco segundos y Louis dice:

-¿Qué tiene tu forma de mirar, Harry? Esa es la misma pregunta que me vengo haciendo hace más de dos semanas, ¿Qué tiene tu forma de mirar?

Me dice con sus ojos perdidos en el suelo, respirando normalmente, y de pronto sonríe. Faltan cinco pisos para llegar al 17. Se acerca a mí despacio y hunde sus dedos en mi cabello, y se acerca sonriendo, me besa suave en los labios, susurra

-Tu mirada lo tiene todo, Harry. Lo tiene todo.

Me besa de nuevo, pero ésta vez con fuerza, como en el baño del aeropuerto, un beso pasional, su lengua envolvía a la mía y la conducía a lugares extraños en su boca.
Un nuevo y más pasional Louis nacía en París. El ascensor se abre y él se aleja de mi con rapidez. Da un paso fuera del ascensor y susurra

-¿Qué tendrán los ascensores?

Si, un nuevo Louis.
Llegamos a la habitación, las sabanas y las cortinas eran blancas, hacían que la luz del sol se hiciera más fuerte y encandilante. No esperaba que fuera una suite.

-Bien, Harry. Allí tienes el baño, yo pediré algo para tomar y me echaré a dormir una pequeña siestita. Más tarde despertaré y te daré una sorpresa.

Moría por saber que era la sorpresa, ¿Qué mierda? ¿Me está provocando? ¿Qué era la sorpresa? Lo miro expectante, mientras él se acuesta en la única cama matrimonial que había en la suite.

-¿Lou?

-Harry, ¿Qué pasa, cariño?

-¿Dónde dormiré yo?

-¡OH! Lo olvidé. Tenía que decirte que no tenían otra habitación con camas separadas, lo siento. 

Me dice mirándome con unos ojos de cachorro mojado.

-¿Quieres dormir a mi lado? ¿O prefieres que duerma en el sillón?

Me dijo con la mirada perdida en el suelo, levantándose de la cama.

-No, no. Quédate ahí, quizá pueda compartir la cama... Bueno... Tú sabes...

Le dije, muriendo de pena, él me miraba, alzó ambas cejas y se levantó, caminó hasta estar detrás de mí, y me rodeó con sus brazos, puso sus labios en mi oído y me susurró:

-¿Dormirás conmigo, Harry?

Lo miré por el rabillo del ojo, sonreía con un toque de superioridad, tenía los ojos entrecerrados y sus ojos parecían brillar con lo poco que podía ver de ellos. Le miro a esa cara que tanto quiero hipnotizado por la intensidad de su mirada; es como si me estuviera viendo por primera vez. Se inclina más, cierra los ojos y me besa, embelesado. Su respuesta despierta mi libido… Verle así, anulado, por mí… Oh, Dios mío… Me suelta las manos y enrosca los dedos en mi pelo, manteniéndome donde estoy sin ejercer fuerza. Mi cuerpo se eleva y se llena de excitación en respuesta a su beso. Y de repente cambia la naturaleza del beso; ya no es dulce y lleno de veneración y admiración. Ahora se vuelve carnal, profundo, devorador… Su lengua me invade la boca, cogiendo y no dando, en un beso con un punto desesperado y necesitado. Mientras el deseo se va extendiendo por mi sangre, despertando a los músculos y los tendones a su paso, siento un escalofrío de alarma, luego Comenzó una fila de besos desde el lóbulo de mi oreja hasta la parte inferior de cuello, sentía su erección contra mi trasero y eso me excitó y me produjo una erección a mí, me volteé en dos pasos, y con mis manos tomé su rostro, con mi mirada tomé sus ojos y con mis labios, tomé los suyos, un beso suave y agridulce, sentí su sabor, sabor a Louis Tomlinson, no esperó un momento para meter su lengua en la cavidad de mi boca, y la movía en círculos con la vil sensualidad que sólo él puede expresar, sus manos bajaron a mis caderas, que, sin intención comenzaba a moverse buscando su erección.
Así, pegado a mi, con sus dulces movimientos bucales, y sus dedos deslizándose en mi espina dorsal, nos fuimos acercando a la cama, él pasó su mano por mi erección, sobre mis tejanos beige, con la otra mano, de bajo de mi camisa aún, fue desprendiendo los botones de ella, dejando mi torso desnudo, con mis tatuajes al descubierto, sus ojos parecían devorarme. Pasó su lengua desde mi ombligo hasta mi barbilla, provocando en mí, descargas eléctricas, deslizó su lengua hasta mis labios, y volvió a besarme apasionadamente, mordía mis labios y jadeaba en mis labios, yo tomaba con mis manos y hundía aún, mis dedos en sus suaves cabellos con ese dulce aroma a gel de baño. Sin dejar de besarme, pasó su dedo índice por el pasa cintos de mi pantalón y luego lo desabrochó con violencia, dejándome en ropa interior, se arrodillo frente a mí, y me sacó con cuidado las zapatillas. Una vez que terminó, tomó mis ambos tobillos con sus manos y las deslizó hasta mis muslos, me besó las rodillas y sus cabellos rozaron mi erección, lo que me produjo emitir un jadeo casi gritado. Tomó mi mano, y besó cada uno de mis nudillos, eso hizo efecto directamente en mi erección, cerré mis ojos y jadeaba, con cada beso, cada mordida, cada sonrisa que esbozaba, estaba demasiado excitado con ese jueguito que estaba haciendo. Abrí mis ojos y me dí cuenta de que él no se había sacado nada. Estaba todo vestido.

-Ahora me toca a mí.
Le dije en un jadeo al oído, él me miró sorprendido, y yo comencé a desprender sus pantalones, repetí el mismo ritual que él, sólo que más lento y con más besos, mordidas y chupetones, cada vez que lo tocaba, hacía efecto en mi entrepierna, él suspiraba jadeante, le saqué la camiseta y le mordí uno de sus pezones, suspiró y ahogó un jadeo, noté que su entrepierna aguardaba una gran erección. ¡DIOS! No podía creer el tamaño de esa erección, pasé mi dedo por su calzoncillos y lo miré esperando a que me responda, asintió, y le bajé los calzoncillos, mientras que le acariciaba la erección con la otra mano que no estaba ocupada, él gemía bajito, y gemidos agudos y continuos, cuando sintió que se venía, estaba por llevar su erección a mis labios y se oyó afuera en la puerta, una voz chillona y conocida:

-Servicio a la habitación...

Louis me miró con los ojos como platos, yo busqué mi ropa y me la puse como pude, él hacía lo mismo, a ambos nos costó salir de ese clima erótico, al igual que él. Corrió hasta el baño y se lavó la cara, su rostro estaba rojo y sus pupilas dilatadas. Respiraba atolondradamente. La chica no dejaba de golpear la puerta. Aún no descifraba su voz, ¿quién era? ¿La mucama? ¿La madre de Avril? ¿Avril? Louis abrió la puerta como pudo y yo me quedé parado con la boca semiabierta y me revolví el cabello, ¿Por qué ella estaba aquí? ¿Qué le hacía pensar que podía destruir así mi viaje? ¿Qué mierda le pasa?

-D-Donny.

Dice Louis estupefacto, sus ojos son como dos líneas en su rostro, ella irrumpe en la habitación con su grotesco maquillaje. No me ve, así que se sienta en la cama:

-¡Uau! ¡Qué lindo Lou! ¿Duermes tú solo aquí? 

-Donny, me parece que lo mejor es que te vayas.

-No lo sé, hummm. Mi departamento aquí en París mide lo que tu baño, aquí parece ser más cómodo.

-Donny, por favor. Ya hablamos sobre esto.

Le dice Louis impaciente. Ella recorre la suite tocando todo, pero no se da cuenta de que yo estoy en el baño, él me hace seña de que salga, yo llevo mis tejanos y mi camisa desprendida. Ella me mira y le brillan los ojos, luego mira a Louis y se desemboca en la ira. Se le cae el bolso que lleva en la mano, y se le borra la sonrisa de la cara, y camina hacia mí vuelta una fiera. Mira a Louis, y él parece divertido.

-Bien, ¿Por qué están los dos aquí? Te dije, Lou. Cuando tu estas pensando en traicionarme, yo ya te traicioné. ¿Qué piensas que haré con éstos?

Le dijo sacando unas fotos de su bolso, yo me sentía mareado y frustrado, íbamos a tener sexo, Louis estaba excitado. ¿Qué demonios hacía esa chica aquí? El sobre donde se encontraban las fotos era marrón, no pude ver que tenían las fotos, pero noté que no era nada del agrado de Louis, él las miró y las soltó en el suelo. Ella se mostró satisfecha. Le dijo:

-¡Lou! ¿Te imaginas que cosas podría hacer con estas fotos? Podrías cagarle la vida al puto directorcito y a tu "supuesto amigo" Niall, piensa, si besa de nuevo a Harry, lo tengo todo preparado.

Dijo sonriendo, Louis parecía horrorizado. La miró a ella y me miró a mí. ¿De qué mierda iba todo esto? ¿Qué había en las fotos? ¿Liam y Niall? No estaba enterado de nada. Al fin, después de minutos de silencio, Louis abrió la boca, dijo:

-Harry no puede saber todo esto. Seguramente sabías que yo estaba con él, ¿Por qué irrumpes en nuestra habitación así?

-¡OH! Lo siento, ¿Interrumpí algo?

-Louis ¿qué es lo que no puedo saber?

-Son cosas de otras personas, cariño. Esta perra me está chantajeando.

Dijo provocando una sonrisa irritante en ella. Tan diva, tan despampanante.

-¿Qué son esas fotos?

Dije manoteando las fotos de sus manos. Cuando las vi, el me las sacó de inmediato, estaba furioso.

-Mira, no sé que mierda quieres con todo eso, pero yo ya no quiero seguir mintiendo. No sé para qué mierda me seguiste a París, no conseguirás nada. Te dije que ya no hay trato, no le diré a Zayn que eres lesbiana.

Dice Louis y ella estalla en risas. ¿De verdad se creyó ese cuento? Pobre mi Lou.

-¿De verdad te creíste todo eso? Eres un idiota. Dame esas fotos.

Le dijo, él la miró, y ella parecía desesperarse. 

-¡Que me las des!

Gritó con fuerza y con odio. Louis no tuvo mejor idea, que arrojar las fotos por el renaje. Adiós fotos. Adiós todo. Ella estaba furiosa, y Louis se prendía fuego. Ella se acercó y le susurró algo al oído, luego de eso, su rostro se ablandó y ella le dejó un pequeño beso en los labios.
En ese momento, mi ira se encendió en mi, y salté a ella, para matarla, pero algo me detuvo. Louis me sostenía y ella reía frenética. Me tiró en la cama y luego se fue hacia ella.

-Vete Harry.

¿Qué me está pidiendo?

-Vete. No lo repetiré.

Me dijo neutro, de nuevo.

-Louis, yo.

-QUE TE VAYAS DIJE MIERDA

Me gritó, se volteó para hacerlo. Caminé hasta la puerta y le lancé una mirada fulminante, a ella y luego a él. Estaba confirmado, después de eso no habría sexo, nada
Salí del hotel pensando en lo que haría. Me subí al ascensor me miré en el espejo ahí. Tan triste tan solo. Si estaba con Louis, me sentía destinado a terminar así. Solo. Sin nadie. Mil recuerdos me atormentan, él y Avril, él y Donny, él besando a Donny, él interactuando con la familia de su exnovia. El rostro de desaprobación de los padres de Avril al verme. Avril coqueteando con él, y la última imagen. Él besándome en este ascensor. Las cosas cambiaron en un santiamén.
Y ahora me encuentro secando mis lágrimas. Se abren las puertas del ascensor, y de pronto, antes de que pudiera salir afuera, se vuelven a cerrar, obligándome a subir, de nuevo. Me empiezo a incomodar, tengo un fuerte dolor de estómago y me duele la erección que está siendo presionada por mis tejanos ajustados. ¿Por qué acepté venir a este viaje? Sin más nada, mi corazón no pertenece realmente a este lugar. Pienso, y el ascensor se abre de nuevo, en el piso 17.
Louis está parado, decidido, y Donny se desarma en lágrimas. Parece herida, parece que la perra si tiene sentimientos. Louis me mira a través de ella y parece molesto. ¿Conmigo? 

-AHORA TE VAS Y NO VUELVAS A APARECER. ERES UNA PERRA, Y NO PUEDES HACER ESO.

Ella asintió, parecía una perra mojada, yo me quedé parado en el ascensor, contemplando todo. Cuando ella sube, a Louis no le da tiempo de sostenerme y se cierra en ascensor. Tarde. Estoy bajando con Donny al primer piso. Ella llora.
Impulsado por un sentimiento que desconozco en mí, la miro con lástima y toco su brazo, recuerdo esos momentos, por esos momentos hago lo que hago. Ella me mira confundida

-¿Qué sucedió?

Ella me miró y volvió a cubrirse el rostro. Cualquier cosa que le acabó de decir Louis, la destruyó por completo, la conozco desde hace tanto, nunca la había visto así.

-Sólo te diré una cosa, Harry. Él es un hombre genial, y te ama. Cuídalo. 

Me dice, me quedo boquiabierto, y la sigo.
Por alguna razón, aún no consigo perdonar a Louis, entonces camino de tras de Donny, intentando seguirle el paso. Oigo de tras de mí que alguien me llama, no me volteo, es la voz de Louis.

-¡Harry!

Me grita, y no le hago caso, lo último que veo antes de que se voltee mi mundo es su inmensa sonrisa y oigo sus palabras:

-Ahora podremos ser felices de verdad, Harry.

Me dice con una gran sonrisa que no entiendo y que me llena de rencor. Lo odio, pero lo amo. Amo odiarlo u odio amarlo.
No sé como decirlo o como me siento, sólo sé que soy todo gritos pidiendo que Louis me baje de él, me tenía como a un niño, y eso me molestó. Nos subimos al ascensor y él aún no me bajaba. Llegamos al piso 17 y se abrieron las puertas, él pasó la tarjeta para entrar y luego cerró. Parecía molesto. Yo también lo estaba.

-Cuando te digo que vengas, tienes que obedecerme.

-¿Dónde dice eso? 

Le digo desafiante.
Me ignora

-Y cuando te digo que te marches, lo haces.

Lo miro ofendido.

-¿Cómo te sientes?

Se atreve a preguntarme. No digo nada. Me arriesgo a callarme, él está cambiado, algo cambió en él.

-Te pregunté, ¿Cómo te sientes?

-¿De verdad quieres saberlo?

Le digo con la calma que antecede al huracán.

-Si.

me dice seco, con la linea de indignación en sus labios. Tomo una boconada de aire y le escupo:

-ENOJADO, MOLESTO Y FRUSTRADO.

-¡¿CÓMO?! 

Me grita, pero lo ignoro.

-ESTOY HARTO DE DONNY,
HARTO DE QUE ME TENGAS COMO EL IDIOTA MÁS GRANDE DEL MUNDO, Y HARTO DE QUE...

Ya no hablaba, tenía a su boca en la mía. De nuevo. En realidad no estaba harto, estaba feliz de tenerlo conmigo. Por ahí me cansaban unas cosas, pero lo amaba demasiado. No estaba harto de él. Estaba harto de la situación y de dónde estaba parado. Sus labios arrasaban con mis palabras y mi enojo, por un momento me sentía libre de hacerle lo que quería Lo besé, desgasté nuestros labios, él me lanzó a la cama
y arrancó mi camisa, la partió en dos, y luego siguió por mis tejanos, la ropa sobraba, y faltaba espacio para besarlo, él se sacó la camiseta, los pantalones y los calzoncillos en dos segundos, y al tercero me estaba besando de nuevo. Jadeó al sentir nuestras erecciones juntas, sonrió y sin dejar de saborear mis labios me dijo:

-¿Estas harto de esto? Porque yo no.

Me miedo comenzó a apropiarse de mí. Jadeé y temblé en el momento que Louis se pasó el lubricante, respiré profundo y dijo

-¿Cuántas personas tuvieron el placer de tenerte así, Harry? Eres precioso.

Empieza a dilatarme con su dedo cubierto de saliva. Cuando ya tiene tres dentro, me sujeta la cabeza y sin ningún tipo de advertencia se introduce en mi interior con una embestida, haciendo que dé un grito, más de sorpresa que de ninguna otra cosa. Oigo el siseo de su respiración entre dientes.

Se queda quieto y después gira la cadera una vez para introducirse más adentro, haciéndome gemir.

—Te necesito —gruñe con la voz baja y ronca. Me roza la mandíbula con los dientes, mordiendo, succionando y después me besa otra vez con brusquedad. Le rodeo con las piernas y los brazos, acunándolo y apretándolo contra mí, decidido a hacer desaparecer lo que sea que le preocupa.

Empieza a moverse una y otra vez, frenético, primitivo, desesperado. Yo, antes de perderme en ese ritmo loco que ha establecido, me pregunto una vez más qué le estará llevando a esto, qué le preocupa. Pero mi cuerpo toma el control y ahoga el pensamiento, acelerando y aumentando las sensaciones hasta que me inundan y voy al encuentro de cada embestida. Escucho su respiración difícil, trabajosa y feroz junto a mi oreja. Sé que está perdido en mí. Gimo en voz alta y jadeo. Esa necesidad que tiene de mí es tremendamente erótica. Estoy llegando… llegando… y él me está llevando más allá, abrumándome, arrastrándome con él, Y presiona sus labios con los míos con fuerza, como si intentara que el dolor que me daría tenerlo dentro se canalizara por nuestro beso apasionado. 

-Eres el primero. 

Él irrumpió dentro de mí, y se sintió tan bien, ahogó un jadeo y me dijo:
-¿estás seguro de que lo querías así? 

Aún estaba dentro de mí, y yo no podía hablar, asentí jadeando y él comenzó a tener movimientos suaves, lentos y continuos, me besaba, me amaba, lo tenía dentro de mí. Abrió los ojos y me miró. Besó con suavidad mi labio interior y comenzó a mecerse con más fuerza:

-OH -jadeaba-Muévete.

Me sentía estallar, ¿Cómo coño hacía para sonar tan erótico? 

-Estoy enamorado.

Le decía, sus movimientos eran firmes, concisos, y me hacían estremecer, mis jadeos eran profundos y se mezclaban con los de Louis, que se acercó a mi mejilla y me mordió el lóbulo de la oreja me jadeó:

-Me vengo, Harry. ¿Puedo correrme dentro de ti?

Esa petición me pareció absurda, y al mismo tiempo tan excitante. Jadeé asintiendo, y justo cuando se vino dentro de mí, me corrí yo también, así, juntos, como si nuestros cuerpos estuviesen sincronizados. Él comenzó a moverse más rápido, y yo me sentía en el punto máximo del clímax, cuando se detuvo y cayó encima de mí, exhausto por el orgasmo. Mi primera vez. Mi primer orgasmo.

-Te amo, Harry. Jamás dejaría a alguien como tú por una chica como Donny. 

No tenía fuerzas para más. Pero el dio que llevo dentro salió de su papel y me dio energía para decir:

-¿Y qué es lo que no haces con ella?

Él me miró y me besó en la mejilla, acariciaba mi pecho trazando líneas, imaginé que dibujaba su nombre y el mío.

-Es esto lo que no hago con ella, Harry. -me dice susurrando. Lo miro-No la amo. No la siento, no soy sensaciones con ella. Harry, yo no la amo. No disfruto, no me divierto. No me sorprende. No descubro que su mirada lo tiene todo, Harry. No la traigo a París, no la presento a la familia de mi exnovia como mi nueva novia, Harry. ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta de que yo y ella, no tenemos nada? 

Suspiro por tal declaración de amor. Siento lo mismo por él, pero no me sal decírselo. Mi boca quiere dibujar un "Te amo" pero mi voz no lo permite. El dios que llevo dentro, está contando estrellas, con los ojos en forma de corazón y la sonrisa tonta. Él está feliz, y ese es su orgasmo.

-Gracias.

Solo puedo decir, antes de caer rendido ante un largo día y el final de un orgasmo, no llego a oír lo que dice Louis, pero sé que es algo bonito, algo que sale de sus labios, es algo bonito. Como él, como sus ojos. Como su mirada.

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