Capítulo 1: Scattered.

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Desperté sobresaltada, mi respiración era agitada, podía escuchar el ruido de los latidos de mi corazón, cual martillo que no paraba de golpear en lo más profundo de mi cabeza; una pegajosa capa de sudo frio bañaba mi cuerpo. Otra vez aquella maldita pesadilla sin sentido, así tiempo que no la volvía a tener, por lo menos no desde aquello, pero para molestia mía había regresado y más fuerte que nunca. Viendo el lado positivo, tal vez hoy ya por fin tendría algo de qué hablar con aquel maldito imbécil, en vez de perder la mañana contestando con monosílabos a las preguntas que me hacía.

Aunque no sé qué espera él sacar de todo esto, ya llevo dos meses asistiendo a sus consultas y todavía seguimos en la casilla de salida, por lo menos a mí me lo parece – "A este paso no conseguirás que te den el alta" – no pude reprimir pensar, tal vez debería poner de mi parte se supone que me está ayudando a curarme, por lo que a lo mejor debería ir siendo hora de cooperar. Tal vez.

Después de aquella reflexión, estire un poco mi entumecido cuerpo, cada vez que esta pesadilla pasaba al día siguiente tenía el cuerpo completamente destrozado, para seguido a esto dar una rápida mirada a mi habitación, todo estaba en completa calma, tal vez demasiada calma incluso, la luz que entraba era tenue debido a que afuera el cielo estaba cubierto por densas nubes que no dejaban pasar la luz. Entonces pude escuchar pequeños impactos contra mi ventana, un suave golpeteo que generaba un sonido que reconocía a la perfección; lluvia.

Aquello me saco una sonrisa, rápidamente dirigí mi vista al reloj de la pared, todavía tenía algo de tiempo antes de tener que acudir a mi emocionante cita con el imbécil; el tiempo suficiente como para dar un pequeño paseo bajo la lluvia. Así podría despejarme mi mente, evadirme de la realidad que me esperaba desde el primer momento que pusiese un pie en el suelo.

De forma ágil eche las mantas a un lado y puse mis descalzos pies sobre la fría madera del suelo, aquello era reconfortante, para seguid a esto levantarme y caminar hasta mi armario, donde no me detuve mucho tiempo, sólo el necesario para coger la primera ropa deportiva que pillase. Apresuradamente me vestí, sólo para percatarme de que iba completamente de negro, tal vez necesitaba renovar un poco mi armario, según el imbécil una forma de mejorar mi estado de ánimo era 'vestir de una forma más colorida' – "A lo mejor si me visto como un puto arcoíris hago que cierre el pico" – pensé mientras me ataba las deportivas, ¿por qué no? A lo mejor si aparentaba estar viva por fuera conseguiría que no viesen cuan muerta estaba por dentro.

Salí de mi cuarto para dar paso a la habitación compuesta por sala y cocina del piso en que vivía, caminé hasta la puerta y me detuve un momento para tomarlas llaves de un cuenco que reposaba en una mesilla que había al lado de la entrada y una sudadera, negra, del perchero que había al encima de este. Estaba a punto de abrir la puerta cuando me detuve, rápidamente cogí el iPod que también se encontraba dentro del cuenco para ahora sí, abrir la puerta y salir del lugar; bajé tranquilamente las escaleras, mientras me hacía una coleta y seguido a esto me colocaba la sudadera. Cuando estaba llegando al final me topé con uno de los vecinos de mi edificio, ni si quiera me moleste en dirigirle la mirada, no tenía por qué ser amable o agradable, no iba a fingir algo que no era capaz de sentir.

Una vez fuera me puse la capucha para cubrirme de las gotas de lluvia y me coloqué los auriculares, el día era perfecto, nublado, frio, húmedo y solitario; por lo que después de encender el dispositivo y poner una canción al azar, eche a correr en una dirección cualquiera. Total, siempre llegaba al mismo sitio, a la consulta del imbécil.

Villa Crepúsculo estaba sumida en el más profundo silencio, a lo cual, si se le sumaba el cielo encapotado y la suave capa de lluvia que lo cubría todo, se obtenía una perfecta combinación. "You said I was your queen, I tried to give you everything" los versos comenzaron a sonar, y yo me deje llevar por la melodía de la triste canción. Había pasado casi un año desde todo aquello, pensaba que por fin todo había terminado, que de una vez por todas había conseguido todas las respuestas que necesitaba para darle un sentido al desorden que era mi vida; pero no podía estar más equivocada. "You said it was over, wanted it to end..., You had a few secrets I was never told".

RevivalWhere stories live. Discover now