UN AÑO |Ukyo Ibuki y tú|

♦5° MES♦

||DICIEMBRE||

—Ukyo— escuchó la voz de su madre que lo llamaba —¿Ya vendrás?— interrogó.

—Unos minutos más. Sigo esperando su llamada...— dijo algo esperanzado.

—¿Y si tú la llamas?— la ingeniosa idea de su madre, la cual no se le había ocurrido, le hizo dibujar una gran sonrisa.

El de cabellos celestes comenzó a marcar el número de la muchacha, mientras que su progenitora sonreía y se disponía a ir a donde estaba el resto de la familia, divirtiéndose, esperando para Navidad.

Colocó el celular a un lado de una de sus orejas, aguardando a escuchar el tono de espera, que no hacía presencia. Hasta que captó una voz del otro lado.

—"La línea con la que intenta comunicarse, se encuentra fuera de servicio"

—¿Qué?— preguntó exaltado y preocupado. ¿Acaso ya no se podía comunicar con ella? ¿Qué ocurría?

Volvió a intentar, para volver a escuchar la voz computarizada que le repetía lo mismo. Se sentía mal. Quería llamarla aunque fuese una sola vez y escucharla antes de Navidad. ¿Ya se había olvidado de él en esos 156 días?

Un nudo sentía en su garganta, un tambor en su corazón y una manada de animales por todo el cuerpo. Sus ojos estaban cristalizados y se encontraba paralizado. Aun podía seguir intentando, pero no a su celular, sino al de su madre que lo tenía por suerte.

Respiró hondo para tranquilizarse y marcó a ese número, esperando. En este, se podía escuchar el tono de espera.

♦♦♦

—¡_____! ¿Podrías ver quién está llamando?— gritó la mujer mientras se encontraba lavando los platos junto a su hermana.

—¡Estoy ocupada mamá!— gritó la muchacha desde otra habitación, cargando con un bebé en brazos que lloraba, su primo menor.

—¡Kaylee! ¿Podrías ver quién llama a tu tía?— gritó la madre de esta, Ella.

La chica malhumorada, a regañadientes, se dirigió al celular de su tía, el cual se encontraba reposando sobre la mesa de centro de living.

"Ukyo Ibuki"

Eso aparecía en la pantalla. Ese era el nombre del novio de su prima de cabellera -----. Alzó sus ojos a varios lados, notando que nadie la estaba observando. Y cortó la llamada.

—¡No era nadie tía!— informó mientras guardaba el celular en su chaqueta y se dirigía a su habitación.

Allí dentro, se encargó de desbloquear el aparato mientras recibía otra llamada, y claro, la rechazaba. En la lista de contacto, se dispuso a buscarlo y borrar el número. Sabía a la perfección que la madre de la de ojos ----- no aceptaba llamadas desconocidas.

Dibujó una sonrisa victoriosa para volver al lugar en donde estaba y dejarlo allí mismo, aún sin que nadie se hubiese enterado.

♦♦♦

Una de las manos del muchacho se encontraba apoyada entre su cabeza y frente, desesperado. ¿Qué quería decir todo eso? ¿Por qué rechazaba las llamadas? ¿Por qué su número se encontraba fuera de servicio?

Soltó unas cuantas lágrimas sin permiso que no se percató de ellas hasta que comenzó a sollozar.

Nuevamente, su madre entró a su cuarto a saber si ya se había logrado contactar con ella. Pero su expresión dijo miles de palabras.

Se acercó hasta a él para abrazarlo con fuerza.

¿Acaso ya no lo quería más?

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Besos ♥