UN AÑO |Ukyo Ibuki y tú|

♦7° MES♦

||FEBRERO||

—¡Feliz cumpleaños, Ukyo!

—¡Felicidades amigo!

—¡Un año más! ¡Estás viejo!

Decían felices los tres muchachos, mientras veían ingresar al dojo al de cabellera celeste, que lo hacía cabizbajo. Su alegría no fue contagiada, provocando que sus sonrisas se borraran.

—¿Qué pasa amigo? Deberías estar feliz, hoy es tu cumpleaños. ¿No lo recuerdas?— interrogó el más alto de allí.

—Sí... lo recuerdo...— habló sonando indiferente, mientras desviaba un poco la mirada.

—¿Y entonces?— preguntó Yugo acercándose a donde estaban ellos.

—Un 'hola' de su parte, me hubiera bastado...

Sabían a quien se refería. La cara de desánimo de su amigo era única, nunca antes vista por ellos. Les preocupaba.

—¡Oye! ¡Tenemos un regalo que darte!— exclamó feliz Xander.

De respuesta, Ukyo, alzó su mirada sin sentimiento a verlos. Eso, raramente, puso nervioso al joven Shakadera el cual empujó al rubio con mechones negros para que hablara.

—Logramos contactarnos con _____— dijo dibujando una sonrisa.

La sorpresa del de cabellera celeste fue tal, que no sabía cómo reaccionar a ello. Lloraba de la emoción o saltaba a abrazarlos, aunque no quisiera hacer nada de eso.

—¿Y-y? ¿C-cómo?— habló tartamudeando.

—En uno de mis viajes por el mundo, llegué a Estados Unidos. Allí conocí a Aiden, que es uno de los primos de tu novia. Tengo aún su número celular, así que acordamos en que nos llamaría hoy— aún seguía con esa mueca positiva en el rostro, Quon.

El tono de llamada de uno de los celulares, se hizo presente. Los cuatro presentes allí, se desesperaron para atenderlo.

—¿Hola?— habló rápidamente el dueño del aparato.

—¡Aquí estoy, Quon! ¡Ya les paso con ella!— habló la voz del primo de la muchacha.

Ukyo tomó el celular y lo dirigió a su oreja. Escuchaba como Aiden le decía a _____ que tenía una llamada. Esta preguntaba de quién se trataba, hasta que el muchacho le dijo que era de su novio. Escuchó como le decía, con mucha felicidad a su pariente, que le extendiera el teléfono hasta ella.

—¿Ukyo?— escuchó su voz luego de dos largos meses.

—Soy yo— dijo nervioso, como si fuese la primera vez en que hablaban.

—¡Feliz cumpleaños, amor!— exclamó con mucho cariño.

—Gracias...— dijo sintiendo sus ojos humedecidos y una dulce sonrisa plasmada en sus labios.

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