Cuerdas

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Me ataste sin tú quererlo.

No podía liberarme

las cuerdas me apretaban demasiado;

me rozaban,

me hacían daño.

Mostraba al mundo como que me daba igual

porque;

creía que para andar,

solo eran necesarios

los pies.

pero no.

Me di cuenta de que

las manos

también son necesarias

para poder mantener

el equilibrio.

Y me liberé.

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