Manuela era la mas pequeña de 5 hermanos, criada en un hogar religioso extremo tradicionalista, creció llena de tabúes e inseguridades.
A sus 30 años, Manuela era una joven y bella mujer, poseedora de unos grandes ojos negros, unos labios carnosos, un cuerpo voluptuoso, de grandes caderas, trasero envidiable, y unos magníficos senos que robaban miradas y suspiro a su paso.
Siempre vestida con ropa muy reservada, las mismas que no lograban ocultar esas curvas peligrosas en la que cualquier hombre desearía estrellarse. Pero a pesar de todo sentía complejos de su cuerpo, tal vez por algunas que otras grasitas que se habían alojado en sus caderas, producto de los embarazos, o por la crianza que recibiera en su niñez, llena de prejuicios y baja autoestima.Tenia una vida mediamente feliz al lado de Eduardo. Un hombre joven, de formación eclesiástica, de carácter sereno y reservado con el cual tenía 2 hijos, a los cuales llevaban a misa cada domingo en un ritual de plena pulcritud.
Manuela un día navegando en internet ya sea por aburrimiento o simple curiosidad, encontró un artículo que hablaba sobre el sexo oral. Extrañada por su hallazgo, decidió dar click en el enlace, a su edad nunca había escuchado hablar de tal cosa, no entendía como se podría tener sexo por esa vía. Sorprendida por lo que leía, decidió horrorizada salir de ahí, no podía creer que hubieran personas capaces de poner su boca en ese lugar, le pareció asqueroso y repugnante. De pequeña le habían enseñado que su cuerpo era un templo y así debía cuidarlo, el único objetivo de las relaciones sexuales entre pareja era el de procrear, cualquier otro interés, era egoísta y pecaminoso. Eduardo y Manuela tenían similitudes ideológicas, él nunca había visto el cuerpo de su esposa desnudo; consideraba tal acto, indecoroso. Cuando solían tener relaciones, era mas por cumplir con el mandato divino, que por deseo propio. De hacerlo por otros motivos, estarian faltando a sus principios religiosos, cayendo bajo los deseos de la carne, y eso era con lo que debian luchar, reprimir cualquier pensamiento o acto lujurioso. Razón por la cual cada noche, Manuela, se acostaba al lado de su esposo, ataviada de pies a cabeza con la pijama que le confeccionó su abuelita (que en paz descanse); para la noche de boda. Solo tenía sexo con su esposo cuando era estrictamente necesario. Para lo cual, él solo debía subirle un poco la pijama, luego sacaba su masculinidad por un extremo de su bóxer, y se colocaba encima de ella. De esa manera la penetraba una y otra vez, sin prisa, sin emoción. Sin tocarla, ni besarla. Cuando estaba al término, aceleraba sus movimientos y en segundos se derramaba sobre ella. Luego, cada uno se acostaba en sus respectivos lugares, se daban las buenas noches y cada uno le daba la espalda al otro hasta el dia siguiente. Así eran cada uno de sus encuentros sexuales. Lleno de una completa monotonía y de un absurdo ritual donde no existían los besos, las caricias, los placeres, y mucho menos los orgasmos.
ESTÁS LEYENDO
LA MOJIGATA(PAUSADA)
RomanceManuela es una joven y bella mujer, de un cuerpo exuberante y una gracia sin igual. Criada bajo una norma religiosa muy estricta y tradicional, privada de libertad de pensamientos, decisiones y sensaciones. Nacida y educada bajo las leyes patriarca...