<Manuela>Salgo de la ducha con prisa, ya casi son las 3: 00 p.m debo ir a la florería a comprar lo necesario para preparar los arreglos que decorarán el altar de la iglesia para la misa dominical. Esa es una de las responsabilidades que me impusieron en la iglesia por exigencia de mi marido, insiste en que estar mas cerca de Dios (la iglesia) hará alejar esos demonios que amenazan por poseer mi cuerpo.
Tengo que hacerlo sin demora, debo estar a tiempo en casa para ayudar con las tareas a los niños y hacer la cena antes de que Eduardo regrese.Rebusco con rapidez desordenando el armario una prenda de vestir, elijo una blusa gris holgada y una falda larga de la misma forma. La toalla que cubre mi cuerpo cae al piso quedando completamente desnuda. Mis senos se elevan imponente y un cosquilleo recorre mi cuerpo. Insconcientemente mi mano se desliza recorriendo suavemente mi pelvis, haciéndome extremecer y traer a la mente esos placeres que hasta hace un tiempo era capaz de proporcionarme. Sacudo mi cabeza tratando de espantar todos esos recuerdos y me apresuro en ponerme el sostén, cuando un fuerte dolor en el hombro izquierdo, hace escapar un sonido lastimero de mis labios.
Me posiciono frente al espejo de media espalda para ver claramente la causa, puedo notar que uno de los azotes que me dió Eduardo esa noche como castigo por haberle desobedecido, no ha sanado a totalidad y fue lastimado por el tirante del sostén. Me quedo un rato frente al espejo contemplando las marcas en mi piel. Las escenas de aquella noche van desfilando en mi mente, cada una mas dolorosa que la anterior. Cada uno de sus azotes rasgaron mi piel, pero sus palabras me hirieron el alma, dejando la daga tan profunda que es imposible removerla y que me vuelve a lastimar cuando llegan los recuerdos. No puedo evitar que mis lágrimas rueden desbordante por mis mejillas, las limpio con mis manos con rabia, odio ser tan débil, odio vivir una vida de infelicidad sólo por no tener el coraje de enfrentar todas esas normas y creencias absurdas machista e inquisitora. Termino de arreglarme y me encamino a mi lugar de destino.
La calle está desierta, es una tarde muy calurosa. Las hojas de los árboles se mueven al compás del viento veraniego. Camino a pasos apresurados, la brisa mueve con ímpetu mi holgada vestimenta, como si amenazara con arrancarla de mi cuerpo. A pocas cuadras logró ver la florería. Desde aquí puedo sentir el dulce aroma de las rosas traído por el viento, inhalo profundamente deleitando mis sentidos con tan grata sensación.
Empujo la puerta de la florería y quedo maravillada por el bello panorama que deleita a mis ojos, rosas, begonias, lirios, tulipanes, claveles, girasoles, entre muchas otras. Me siento como una niña en una jugueteria, no sé por cuales decidirme. Siempre me han encantado las flores, pero mi marido no es muy detallista que digamos, o nada.
—Estas son hermosas igual que tú — dice una voz a mi espalda con un toque muy sensual. Giro sobre mis pies para descubrir a una mujer muy bella con unos lirios blancos en las manos. Vestida muy provocativa , un vestido rojo vino ceñido al cuerpo, que hace resaltar sus hermosas curvas y su gran busto, tacones altos y joyas finas. Su cara con finos trazos de pintura que resaltan aún más su belleza y una mirada muy seductora.
Me quedo un momento en silencio contemplandola o más bien admirandola a lo que ella al darse cuenta me sonríe pícaramente y me dice —Hola mi nombre es Sara, pero todos me conocen como LA MADAME, mucho gusto. —Me tiende la mano y no puedo evitar quedar perpleja al escuchar su sobre nombre " La madanme " ya había escuchado hablar de ella, Eduardo aquella noche mientras me azotaba gritaba que me estaba comportando como una mujerzuela de las que comercializaba " La madame " .
— ¿Te pasa algo hermosa? Te quedaste congelada al escuchar mi nombre —dice con un tono de sarcasmo en su voz.
—No disculpe — digo mientras le tiendo mi mano para corresponder a su saludo, mi nombre es Manuela es un placer,—el placer es todo mío Manuela, créeme que si, ¿te han dicho que eres una mujer muy hermosa? — dice al momento que pasa su mano por mi mejilla rozando mis labios.
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LA MOJIGATA(PAUSADA)
RomanceManuela es una joven y bella mujer, de un cuerpo exuberante y una gracia sin igual. Criada bajo una norma religiosa muy estricta y tradicional, privada de libertad de pensamientos, decisiones y sensaciones. Nacida y educada bajo las leyes patriarca...