CAPÍTULO V: La orden de Félix

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Cuando Ronaldo se enteró de que Avocato era el abogado del tío Naime, tragó saliva, tragó tanta saliva que se engollipó, tosió y le llenó la cara de saliva a Avocato. Pero Avocato se quedó unos tres minutos con una sonrisa y los ojos cerrados. Después de los tres minutos se limpió la cara y dijo que no pasaba nada.

  - ¿Qué quiere usted, Sr. Porquehablasí? - Dijo Ronaldo muy preocupado.
  - Llámame Avocato, Sr. Whiskey. A lo que vengo es a preguntarte por qué robaste orquídeas del tío Naime las cuales eran parte de la propiedad privada del tío Naime.
  - Mi amiga estab... - Decía Ronaldo mientras Avocato le interrumpió.
  - Y yo quiero un lifting facial. Tengo que someterle a un test psicológico, señor Whiskey.

Ronaldo a penas abrió la boca para responderle y Avocato le metió el pulgar derecho. Mientras a Ronaldo le daban arcadas, Avocato le hizo una pregunta.

  - Dime, ¿a qué sabe?
  - ¡A mierda, sabe a mierda! - Exclamó Ronaldo con asco.
  - Exacto, me lo acababa de sacar del culo, Ronaldo. Eso significa que tu gusto papilativo es normal.

Avocato se quedó mirando sonriente a Ronaldo por unos segundos, hasta que lo echó hacia atrás y le agarró brutalmente el paquete.

  - Espero que sepas que eso que has hecho está mal y por eso tendrás este castigo. - Dijo Avocato muy rápido.

Ronaldo se quedó paralizado del dolor. Entonces Avocato lo desnudó y comenzó a violarle. Avocato tenía en el recto un mojón seco, lo cual se le clavo en la punta de la polla a Ronaldo y chilló como un jabalí.
Entonces por la puerta entró Ricardo Milos, salvando de nuevo a Ronaldo y dándole su merecido a Avocato. Se sacó su tranca de metro y medio y veinte centímetros de grosor, y le desgarró el culo a Avocato. Cuando Ricardo eyaculó, fue tanta cantidad que su jugo salió por todos y cada uno de los orificios del cuerpo de Avocato, asfixiándolo.
Al día siguiente, Ronaldo despertó en una habitación de un instituto. Al abrir los ojos pudo apreciar tres pantallas, las cuales proyectaban cámaras de seguridad. En una estaba Ricardo amarrado con cadenas y un dildo de plástico en la boca para que no grite, en la otra estaba Izzy en una jaula electrificada, y en la otra estaba Ana en otra jaula electrificada.
Ronaldo corrió hacia la puerta, rompiéndola con el sobaco, pero se encontró con un pasillo mugriento en el que olía demasiado a agua estancada y verdina. Mientras corría, algo le golpeó la cabeza. Era Félix de nuevo.

  - Me he encargado personalmente de ese tal Espartaco, tu camello de poder. JAJA - Dijo Félix con un tono de voz malvado.

Félix le dió una espada de esgrima a Ronaldo y se fue por una alcantarilla, la cual se cerró al instante. De la puerta del final del pasillo salió el Basilisco Reyes, un basilisco gigantesco que come croissants, pero también le gustan los cuerpos humanoides.
Ronaldo, cagadito de miedo, corrió hacia Reyes y le clavó la espada entre los dientes. Lo único que hizo fue quitarle el sarro. El basilisco le golpeó con la cabeza y lo hirió mucho. Ronaldo se encontraba muy perdido en ese momento, pero tuvo una buena idea. Bostezó en la puerta del alcantarillado y se rompió. Metió la mano y sacó a Félix, lo desnudó y le hizo una felación forzada, haciendo que se quedara seco y en los huesos. Después de tragarlo todo le arrancó la puta polla con los dientes y se la tragó.
El basilisco fue a comerse a Ronaldo, pero él se metió dentro de ella y la abrió en dos con las uñas del pie.
Después de esto entró en la puerta y liberó a sus amigas y Ricardo. Luego buscó a Espartaco, pero cuando lo encontró estaba en la azotea, mirando el horizonte.
Ronaldo le preguntó qué le pasaba. Pero Espartaco le lanzó una mirada melancólica y saltó del edificio, sumergiéndose en la niebla.
Ronaldo y su pandilla fueron a por Félix, pero no estaba, sólo estaba el cuerpo del basilisco muerto.
El edificio empezó a convertirse en arena de desierto, así que tuvieron que irse cagando leches.
Ronaldo se dio cuenta de que al contener el poder de Félix podía localizarle, pero siempre notaba que lo tenía al lado.
Pasó el tiempo y Ronaldo se encontraba mal, muy mal. Su físico cada vez se parecía más al de Félix. Hasta que un día, su cuerpo no lo controlaba, actuaba por su cuenta y Ronaldo sólo veía. Entonces, sin el querer, secuestró a la primera persona que vio por la calle, un niño llamado Malfoy Ado, y lo llevó al Templo Maldito. Luego envío un correo a la mejor amiga de ese niño, con el asunto Yo no soy un hombre, soy dinamita.

Ronaldo Whiskey y el Templo MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora