CAPÍTULO II: Espartaco Leyend

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Tras salir de su casa y estar cuatro horas alternando entre correr, andar y marchar sin parar, Ronaldo se encontró con Espartaco Leyend, un guerrero de coliseo griego. Su apellido era Leyenda, pero cuando tenía cinco años se perdió en el Amazonas y para no morirse de hambre tuvo que comerse la "a", ergo su apellido se quedó en Leyend.
Espartaco le preguntó que por qué tan exhausto, moribundo y preocupado. Ronaldo respondió sinceramente y  Espartaco quiso ayudarle.

- Bebe de aquí, y más fuerza y resistencia tendrás. - Le dijo Espartaco a Ronaldo mientras señalaba su polla.

Ronaldo se negó rotundamente y antes de que pudiera retroceder, Espartaco lo agarró de la nuca y lo empujó hasta su miembro, introduciéndolo bruscamente en su garganta y seguidamente soltando todo el jugo, quince litros para ser exactos. A causa de esto, Ronaldo se desmayó, pero al menos lo hizo con el estómago lleno.
Al cabo de un tiempo, Ronaldo despertó a dos metros del Templo Maldito, con una nota en su pecho.

Gracias a mi ayuda, conseguiste llegar sonámbulo, y en menos de lo que canta un gallo. 
Atentamente, Espartaco Leyend

Ronaldo se situó muy confuso, y proseguidamente, se dio cuenta de que tenía jugo de Espartaco en la hendidura de la boca, se lo intentó quitar pero estaba demasiado pegajoso, y se arrancó un trozo de piel.
Tras un fuerte y agudo grito, Ronaldo llamó la atención de Félix, el cual salió a la puerta con un traje sadomaso.

- Por fin llegaste, ¿que fácil es, no? - Félix dijo muy entusiasmado.

Ronaldo no sabía que contestar al respecto, así que le pidió amable y heroicamente que liberara a su amiga.
Su crédula petición hizo reír a Félix a carcajadas. Así que Ronaldo aprovechó la situación y cogió el trozo de jugo de Espartaco y se lo tiró a la garganta, se le pegó y cortó su respiración y con la presión le explotó la cabeza. Ronaldo, salpicado de sangre y trozos de cráneo y cerebro, miro hacia adelante y de la puerta del templo estaba saliendo su amiga.

- ¡Añón Haseyó Kumeníja! - Dijo Izzy muy feliz antes de darle un fuerte abrazo que le rompería dos costillas a Ronaldo.

Volvieron a su casa y tras una gran tarde de diversión y haber leído conjuntamente La Biblia. Ronaldo le propuso practicar el coito, acto sexual en el que una polla se introduce en un coño, sinónimo de follar.
Izzy, un poco tensa, se negó. Ronaldo me preguntó si era por su eyaculación precoz, pues tarda cinco segundos.
Izzy respondió que evidentemente no era por eso, sino que ella tenía novia, Ana Janeiro. De repente el telefonillo sonó, y hablando de la reina de Roma, era Ana, la cual se lanzó a Izzy como león a gacela, morreándose durante dos días seguidos sin parar. Mientras eso sucedía, Ronaldo soltó una pequeña sonrisa, viendo a su amiga feliz, mientras retrocedía para volver a su casa y dejar a Izzy en su intimidad.

Ronaldo Whiskey y el Templo MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora