» capítulo 4

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-Ohh, vaya preciosura te has conseguido.-dijo sonriéndonos a ambos.

-Si.-dijo Ruggero estúpidamente.

-¿Cuántos años tienes?-preguntó.

-19, ella tiene 19.-dijo nerviosamente.

-Ahh están bien de edad. ¿Desde cuando estas con ella que yo no sabia nada?

-Desde hace nueve meses pero no quería apurar las cosas ni presionar a nadie así que creo que ahora si se pueden conocer.

-¿Y mamá sabe?

-No.-sonrió dedicándome su mirada únicamente a mí.

-Ohh ¿Y tus padres pequeña?

-No tengo padres.-dije bajando la mirada.

-Ah perdona, yo en serio lo siento.

-Descuide esta bien.-forcé una sonrisa.

-Entonces me imagino que si me la presentas-dijo mirando a Ruggero- ya se acerca algo bueno ¿No?

Más le vale a este hombre que no hable de casamiento porque yo no estoy dispuesta a casarme a los 16 aunque el crea que tengo 19.

-Por supuesto.-sonrió Ruggero-¿No amor?-me volvió a dedicar su mirada.

-Si, cierto.-respondí fingiendo amor y ternura por Ruggero.

-Bueno, ya luego arreglamos para que conozcas a la madre de Ruggero y hablamos sobre esto. No les quito más tiempo, ya tienes que irte a casa ¿Cierto?-le sonrió a su hijo.

-Claro.-respondió el.

Me levanté de la silla.

-Cuídense.-agregó el padre de Ruggero mientras besaba mi mejilla.

Ruggero volvió a tomarme de la mano mientras salíamos de la oficina. Entramos en el elevador y lo solté de repente.

-¿Qué diablos fue eso?-dije exaltada.- Ruggero si piensas que me casaré contigo estas muy equivocado.-le advertí.

-Yo nunca dije eso, cállate.-dijo nervioso.

Caminamos hasta su oficina.

-Ya nos vamos.-me avisó apagando la computadora.- ¿Puedes llevarme esa carpeta?-preguntó tomando una cantidad de papeles increíbles.

-Claro.-dije tomando la carpeta.

Salimos del edificio y subimos a su auto.

-Prometiste buscar mi netbook, si me comportaba y si lo hice.-le reclamé.

-Si, a eso vamos ahora.-respondió sin dejar de mirar el camino.

Llegamos a un centro comercial y me hizo elegir una computadora. Elegí una hermosa netbook en distintos tonos de rosados.

Al llegar a casa Ruggero dejó todo sobre la mesa y se tiró en un sillón, yo por mi parte corrí escaleras arriba para aprender a usar mi nueva computadora.

Luego de que descargué la batería para cargarla 24 horas como indicaban las instrucciones, baje por algo de comida.

-Ruggero, tengo hambre.-dije desde las escaleras.

-No se que podemos almorzar, Amanda no esta.-dijo preocupado mientras se levantaba del sillón.

-Cocina tú.

-Como si yo supiera.-dijo haciendo una risita.- cocina tú.

-No se nada de cocina.-reí- ¿Por qué no intentamos cocinar los dos?

[1] La Bella y La Bestia » Ruggarol [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora