» capítulo 55 ۵ final.

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-No va a salir corriendo de un momento a otro, tómale las manos-dije desde el otro lado de la habitación.

-Me da miedo que se caiga, pero quiero que camine-se quejó frunciendo el ceño.

-Vamos, Ruggero, hazlo caminar.

-Bueno, bueno, pero despacio.

Tomó las dos pequeñas manos y lo tiró hacia arriba para ponerlo de pie. El niño rió dulcemente y dio dos pequeños pasos. Ruggero sonrió.

-Vamos con mamá, Matteo.

Reí al verlo con tal cara de pánico. Llevábamos dos semanas intentando que el pequeño caminara por lo menos cinco metros y Ruggero quería lograrlo hoy, dos días antes del primer cumpleaños de Matteo.

-Solo dos pasos más, campeón-lo alentó.

Matteo tropezó con su propio piecito y cayó entre mis brazos. Ruggero rió al verlo asustado mientras tironeaba mis cabellos. Me puse de pie con el niño en brazos y besé su mejilla efusivamente.

-Ya va siendo hora de que camines, Matteo-le dijo Ruggero detrás de mí-. Tu tía caminó antes de su primer año.

Matteo se cubrió la cara con ambas manos y luego rió entre el hueco que formaban sus suaves y pequeñas manitas. Era un pequeño simpático y el calco de su padre.

-¿Qué es lo gracioso?-preguntó Ruggero y el niño se quitó las manos de la cara-. Yo sé que me entiendes, pequeño diablillo-le dijo con una fina voz.

Reí y vi como Matteo le tendía los brazos a su padre para que lo tomara. Ruggero hizo caso a los pedidos de su hijo y lo tomó en brazos.

-Es que me quieres tanto que no soportas estar sin mí-lo abrazó.

-Ni te creas, Ruggero-reí y besé su mejilla-. Vamos a llevarlo a su cuna.

-Puede dormir con nosotros, Karol-dijo mientras salíamos de la sala de juegos.

-Ruggero, ya te he dicho que no es bueno.

-Pero es que él me ha pedido eso, ¿No que si, Matteo?-tocó su pancita y el niño largó una risotada.

-¿Él te lo ha pedido?-pregunté en una risa mientras caminaba de espalda por el pasillo-. ¿Cómo te lo ha dicho?

-Dijo, muy simple; Matteo querer dormir con papi.

Reí ante las palabras de Ruggero y entré en la habitación de Matteo.

-Resulta que ahora el niño habla como cavernícola.

-Es que ya sabes, así hablan los niños pequeños.

-Ni siquiera dice "Mamá" y "Papá", pero pide dormir contigo-dije riendo.

Él me sonrió y luego le dedicó su mirada a Matteo.

-¿Qué crees, bebé? Para mí, mami debería dormir en la cuna y tú conmigo.

Matteo hizo un movimiento de cabeza y él muy anormal de Ruggero pensó que había dicho que si.

-Ya, ¿Lo ves?

-Ruggero, déjalo en la cuna.

-Yo sé que me quieres todo para ti, pero comparte con Matteo, él es un pequeño indefenso que necesita que su padre le cuenta historias de piratas.

Arqueé una ceja. Ruggero había cambiado tanto después del nacimiento de Matteo.

-Yo sé lo que necesitas tú, cariño-me sonrió-. Pero te lo doy cuando quieras-añadió.

[1] La Bella y La Bestia » Ruggarol [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora