Capítulo VII: Despedidas y juramentos

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Se acabó. Me saco el shuriken de la pierna y allí, entre todos aquellos cadáveres, tallo una línea horizontal en mi protector, tachando el emblema de Iwagakure... Jurando que jamas regresaría a ese lugar...

- Supongo que este es el adiós. - digo mientras paso por encima del cuerpo sin vida de Gari.

- Sí... - Kurotsuchi deja caer un par de lagrimas de sus ojos.

- Envíale recuerdos a Akatsuchi y al viejo de mi parte... - me pongo bien la coleta.

- Lo haré... - dice Kurotsuchi. - Si me dices el porque de todo esto.

- Ambición. - respondo.

- Ambición? Te vas a convertir en un criminal por pura ambición? - pregunta.

- Ambición artística... - una estrella fugaz ilumina el cielo.

- Nada te va a hacer cambiar de opinión? - pregunta Kurotsuchi.

- No. - respondo tajante.

- Esta bien... - da unos pasos al frente. - Pero antes de partir... quiero que respondas a una pregunta... - la escucho. - Te hubiera gustado tener esa cita conmigo?

- Si... - respondo.

- Entonces porque...! - la interrumpo.

- Pero tenia un asunto mas importante del que ocuparme.

- Ya... - baja la mirada. - Claro... - Me propina un fuerte puñetazo en la cara. - Idiota! - otro... - Estúpido! - otro más... - Asqueroso! Sucio! Repugnante! - dos patadas. - Como has podido hacernos esto? - un cabezazo. - Eh! - me tira al suelo de un empujón. - Contesta!


Al ver que no muestro reacción alguna, se sienta a mi lado y empieza a llorar en silencio.

Los refuerzos de Iwa deben estar a punto de llegar:

- Tengo que irme. - me pongo en pie con gran dificultad.

- Ah... si... - Kurotsuchi también se levanta. La miro detenidamente.

- Oye... idiota... - digo. - Gracias por la paliza...

- Que dices ahora enfermo? - se seca las lagrimas.

- Me la merecía... siento haber faltado a la cita... -respondo.

- Eso es lo de menos en estos momentos... - se escuchan las voces de los soldados de refuerzo entre los arboles.

- Como sea... lo siento... - me doy media vuelta.  


El viento sopla con fuerza bajo la oscuridad de la noche:

- Y... - digo. - Ya te las apañaras tú a la hora de darles explicaciones a todos.

- Si... supongo... - su mirada esta completamente dominada por el odio...

- Bien... - empiezo a caminar bosque adentro. 

- Espera... - me detengo al escuchar su voz. - Te juro... - dice entre sollozos. - Que me haré mucho mas fuerte, y que algún día te encontrare y te aplastare... Deidara... - es la primera vez que la escucho pronunciar ese nombre.


Miro atrás, pero pierdo de vista a Kuro, así como a la aldea que me vio nacer y crecer...

- Estoy deseando que llegué ese día... Kurotsuchi Kamizuru... prometo convertirte en ceniza... - miro al cielo. - Pero antes... - me río. - Me queda tantísimo arte que mostrar al mundo!










Deidara KamiruzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora