perdí el control, te dejé ir♡
Termino de ponerme brillo labial y le mando un mensaje a Nacho preguntando dónde está. A los cinco minutos se escucha una bocina e inmediatamente reconocí que era de mi novio.
Cerré la puerta con llave y me dirigí al asiento del copiloto.
–Hola amor, cómo estás?– Preguntó, dándome un beso suave en la boca.
–Todo bien, extrañandote un poquito menos ahora que estás acá– rió y no podía evitarlo; lo chapé. Me daba miedo salir a las dos de la mañana, pero el me sacaba cualquier sentimiento malo.
Nos estábamos yendo a la casa de Martina, ahí estaban todos nuestros amigos escabiando. Cuando llegamos, Ignacio guardó el auto en el garage de la castaña y entramos a la joda, aunque solo era de nuestro grupo.
–Hola Aldanita de mí corazón, cosita bonita del mejor amigo – me abrazó Tobi, y ví como Nacho se reía.
– Hola, no, forro?– rieron y se saludaron – Te saco a mi novia viste– Dijo sarcástico, era muy fácil poner celoso a mi novio, y eso era algo que mucho no me cabía.
Saludamos a todos, aunque no éramos muchos; Martina, Tobías, Julieta y Tomás.
Nos sentamos a chapar con Ignacio, pero nos interrumpió el timbre.
–Yo voy– se apuró a decir.
–Deja papi que voy yo así ustedes siguen pollereando– Julieta se iba acercando a la puerta pero Nacho corrió para abrir él. abrió la puerta a medias, para que no viéramos quién estaba del otro lado, y se quedo hablando con alguien, molesto, porque se le notaba la vena del cuello.
–Bue dejame pasar Ignacio, ya está– Y logré reconocer esa voz, abrió la puerta con fuerza y todos miramos con cara de culo al morocho.
–Ahre que hacían los de Lugano acá– Me paré, viendo a todos los pelotudos con una sonrisa soberbia, no era que nos cagábamos a piñas, es más, algunos me caen bien, aunque por lo que veo no vinieron, pero en la otra mitad estan las personas que más mierda me hicieron junto a Araceli; la mejor amiga de nacho, la ex novia, y mi ex mejor amiga.
–Perdón – Logró decir Nacho, en el abrazo que le estaba dando la rubia.
–Na, yo me tomo el palo – Tomás agarró su celular dispuesto a irse, pero Martina no lo dejó.
–Yo no me pienso quedar con estos en mí propia casa – Intervino ella.
–Buee, tanto miedito nos tienen? Tampoco los vamos a comer, no Tobi?– Tobías tragó en seco. No se había cansado de decirle a su ex wacha, Lucía, lo bien que chapaba. Hasta que ella cagó todo, y ahora, lo molesta a cada rato, despertando el odio de mi mejor amigo.
–Deja de joder flaca, si sos incogible vos mamita –Me acerqué a ellos, y Nacho me agarró de la cintura.
–Ah porque vos tenés una vida sexual muy activa, no?
–Nachito vamos arriba? – Le pregunté en un susurro.
–Aldi, están mis amigos ahora.– Los de Lugano se rieron, entonces me acerqué a mi mejor amigo.
–Tranqui papi, siempre hay una segunda opción– Con Tobías subimos a la habitación de Martu, escuchando como lo trataban de cornudo a Ignacio.
Sabíamos que no íbamos a hacer nada con mi mejor amigo, aunque si yo no estuviera con Nacho, ya me lo hubiera cojido, como en los viejos tiempos.
– No creo que se aburra así nomás. Tampoco da lo que hizo y dijo.– intentó convencerme mi mejor amigo, Tobias.
– No sé Tobi, no sé que haría si él se aburre de mi.Me hizo quedar como necesitada o pelotuda delante de ese grupito infumable – suspiré, cansada. – Le tengo un amor impresionante , a pesar de todo
–Si, ya sé, pero gracias a él te olvidaste de mí– El rubio se va acercando lentamente y me agarra de la cintura. El estar con Ignacio hizo que dejáramos de cojer, aunque no influía mucho en nuestra amistad.
–Dale, Tobi para un toque, sabés que no– Lo alejé y seguí mirando el celular, poniendo mi cabeza en sus piernas, esperando un mensaje de mi novio, o, por lo menos, que suba y vea si estoy bien. Estaba enojada, muy. Pero le daba a entender a él que podía hacer lo que quiera con su mejor amiga. Perdí el control, te dejé ir.