5. ¿Casualidad? ¿Destino?... Un trabajo.

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Me he despertado de un sueño increíble, donde un chico me tomaba de la mano y me mostraba su colección de... algo que no puedo recordar. Todavía el sentimiento de admiración, cariño y algo más que no logro descifrar. Lo vi tan claro en mi mente, pero cuando desperté su rostro se volvió borroso.

Sigo viendo la pantalla de mi computadora, parando cada página de un libro de amor sin ponerle mucha atención. La historia me parece tan aburrida ahora que tengo en la mente mi propia historia surrealista.

No quise pensarlo mucho, me desgasta, me debilita y es algo que me tiene muy frustrada. Una vez intenté quemar los recuerdos que me causaban dolor, pero siempre volvían a la caja, cada vez más nítidos. Me canse y los escondí debajo de muchas cosas inútiles, cosas que están destrozadas e irreparables.

Suspiro, dejo de leer el libro y abro las conversaciones de mi mensajería privada, me detengo un segundo porque algo llama mi atención inmediatamente. Es un archivo, mandado por "la sombra", con la frase "confidencial, TM". Mi mente comienza a imaginar todo tipo de escenarios en los que Bronce ha intentado mandarme esto. Cierro los ojos con fuerza, mi mantra navega por mi mente una y otra vez. Respiro y abro la conversación.

Entro al archivo y compruebo que no contenga ningún virus, al fin puedo verlo en mi pantalla pero no entiendo el mensaje, está en código... un código que conozco, aunque muy poco, del cual hace que desaparezca todo rastro de duda sobre él.

Es un código que Bronce inventó para que nadie entendiera lo que escribía, nadie excepto yo. Claro que no le presté mucha atención y ahora no recuerdo mucho del código, pero si recuerdo tener una guía que él escribió para mí.

Busco en mi computadora el archivo que guarde hace mucho tiempo como "código B", lo abro y me encuentro con el abecedario codificado con símbolos. Lo uso para traducir el mensaje y lo leo en voz alta.

_Hola J. Lo siento por molestarte, no sabía si este era tu número. Pero con algunos cambios técnicos lograron decirme que si lo eras. Solo te necesitaba para que me pudieras ayudar en un trabajo que tenía en la clase de mecánica. Ahora no tiene importancia, ya lo he solucionado._

Tuve que volver a leerlo para confirmar si lo había traducido bien. Sip, es exactamente lo que escribió. Ahora mi cerebro está procesando toda la información y todas las dudas se liberan de las cadenas, lo único que me tiene pensando más de la cuenta es ¿Por qué pedirme ayuda a mí y no a un colega suyo? ¿Creyó que era conveniente preguntarme a mí? ¿Por qué llamarme y no mandarme un mensaje desde un inicio?

Es tan extraño, y saber que es Bronce lo hace todavía peor, aunque me alegra que sea él y no alguien que no conozco.

Frustrada más de lo que ya estaba, le mando un mensaje a Escarlata para contarle. Solo que no está conectada. Me estreso más, y hago algo que no creía que iba hacer antes de escuchar la respuesta de mi amiga, le mando un mensaje contestándole a Bronce.

_Hola Bronce, no sabía que eras tú. Me alegra que hallas encontrado una solución a tu trabajo ¿de qué trataba?_

Muerdo mis uñas mientras lo envío. Suelto mi cabello y lo revuelvo, no me gusta saber que él puede tener el control de que mis emociones con cosas como llamarme J, de cariño me decía así antes, o cuando busca mi ayuda. Mi corazón bombea más rápido al imaginarme de nuevo como sale mi nombre de sus labios, un escalofrío recorre mi cuerpo, muevo mi cabeza saliendo de mis pensamientos.

No puedo dejar que mi mente divague por ese camino, saldré herida otra vez y no será divertido. Camino hasta mi caja de herramientas y la coloco en mi mesa, la organizo de manera que todo quede relacionado, tuercas, pernos, tornillos, clavos, destornilladores...

¿Realmente le importo?, no creo que haya pensado en mí así sin más. Además, él es muy reservado y arriesgarse casi no está en su sistema, ¿Por qué hacerlo ahora?

Golpeo mi cabeza con la caja de herramientas ya organizada y tapada. El torbellino de sentimientos sigue acumulado, mi parte racional casi no puede controlar mi parte emocional. Cierro los ojos con fuerza, creo que ha llegado el momento para expulsarlo todo, no podré resistir otra emoción más.

Dejo las herramientas en su sitio y me tiro en la cama con impulso, busco el control portátil de mi nave y busco una canción terrícola para escuchar. "Esta noche no paro" suena en los altavoces, rescato algunas frases que me identifican:

° Contigo no hay salida ni reparo, necesito un minuto, quizás una eternidad para acercarme a lo que quiero de verdad...

° Escuché tu voz desde un planeta lejos a mil años luz...

Si tan solo pudiera escribir canciones, podría sacar lo que llevo dentro de una vez por todas. La canción cambia y escucho con un volumen más suave "Cuando pase el temblor". Pero casi no le prestó atención porque mi mente empieza a divagar... no puedo evitarlo, dejo que esta vez hable mi lado sentimental.

Quisiera tener un interruptor para apagar todo lo que siento, no puedo decidir si realmente es cariño, atracción o gusto. Talvez un poco de todo, sumando los bonitos recuerdos juntos, es difícil decir que no me gusta. Para mi sigue siendo ese chico que hablaba conmigo de vez en cuando, (y yo era la que hablaba más siempre) el que mantenía sus secretos reservados para él, el que me hacía verlo como alguien increíble cuando hablaba del pasado intergaláctico. No puedo competir contra eso, está allí y no hay forma de poder sacarlo.

Tantas cosas se me ocurren cuando pienso en él y cuantas he olvidado cuando lo tengo en frente.

Sé que le incomoda algo, como si me odiara, lo he sentido muchas veces, o por lo menos cuando hablábamos casi al final del curso. Tengo una noción de que podría molestarle de mí, y me encantaría disculparme por lo que hice. El recuerdo salta de la caja que he tirado y brilla con tanta intensidad que tengo que utilizar mis lentes para poder caminar hasta allí y sacarlo.

Todavía sigue aquí, el momento que casi me pide que construya una máquina del tiempo. El, Cerceta, dos compañeros y yo éramos el grupo seleccionado para participar en un concurso sobre maquinas cuánticas; ese día estuvimos que separarnos porque las evaluaciones eran individuales, recuerdo que salí después de una compañera, Carmesí. Discutimos sobre las respuestas y llegamos a la conclusión que nos habíamos quedado en un nivel intermedio, luego llego Bronce, parecía feliz por lo que había contestado; desde allí todo comenzó a ponerse muy oscuro. El creía que su respuesta era la correcta en uno de los ejercicios mecánicos, yo estaba segura de que era incorrecta.

Ahora me pregunto ¿Por qué no lo deje pasar?

Esperamos a que todos salieran para preguntar qué respuesta tenía el primer ejercicio. La mayoría dijo la respuesta que yo había contestado. Vi en la cara de Bronce la furia y el descontento que sentía dentro y yo casi le restregué en la cara que yo tenía la razón. Avanzó en el camino y formó una gran distancia entre ambos. Fue aquí cuando me di cuenta que no debí decir eso.

Desee tanto poder pedirle perdón, pero nunca salió de mi boca. En ese momento no me sentí valiente para emendar mi error, no pude ni darle la cara después de eso.

Nunca pensé que ese error me iba a perseguir en mi vida, y no creo que todavía tenga el valor para decirle que me perdone. Quisiera escribirlo, crear algo que pueda recompensar ese sufrimiento, pero sé que no es posible.

Dejo a un lado el recuerdo y voy a mi computadora para revisar si respondió el mensaje.

No hay nada. Solo lo leyó, sin decir nada.

¡Esto va de mal en peor!

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Esta canción fue la que me inspiró a escribir este relato, a pesar de que es de una serie.

Escúchenla :3

Posdata: Cuando pase el temblor es una de mis canciones favoritas *-*

Algo tan sencillo como perder el controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora