ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ.

❛0007.❜

-andrik.

Hice mi cabello hacia atrás mientras el viento pegaba con fuerza sobre mi rostro, mientras que el sentimiento de angustia seguía creciendo más y más.

-¿Te gusta él, cierto? -preguntó una voz detrás mío.

Volteé a verlo de reojo, completamente confundido. -Nosé de que hablas. -murmuré distraído.

-Ricky...Olson. -me tomó con fuerza del brazo y me mostró un anillo color plateado y brillante.

Me quedé paralizado, sentía mis lágrimas salir de nuevo mientras que el temblor en mis manos aumentó y mi respiración se hizo cada vez más notoria.

-N~no, tú no estás casado con él. -dije riendo de forma nerviosa sintiendo mis manos temblar.

Sacó su móvil inmediatamente de su bolsillo y frente a mí puso un video donde estaban ellos dos teniendo sexo, los sonidos que hacía Ricky me sacaron un suspiro.

-¿Oíste? -murmuró en mi oído y mordió mi cuello con fuerza.

Se fue caminando en sentido contrario, cubrí mi boca y di un gran suspiro para no romper en llanto como el marica que siempre he sido.

(...)

-J~joder. -murmuré entre dientes sintiendo un gran calor recorrer mi espina hasta llegar hasta mis pies.

Esos sonidos.

El pequeño momento que vi esa escena, ver a Ricky encima del imbécil ese, moviéndose de arriba a abajo gimiendo alto y lloriqueando.

Lo necesitaba, estár así encima de él mientras lo beso con fuerza.

Soy un enfermo.

Mi mano subía y bajaba con rapidez, mientras arquea mi espalda, gimiendo y bajando escuchando a lo lejos los sonidos húmedos que provocaba lo que yo mismo estaba haciendo, lloriqueando de pequeños momentos al sentir la vibración golpear mi punto más sensible, mis rodillas estaban apoyadas en mi cama y una de mis manos mientras que con la otra subía y bajaba por mi pene.

-ricky.

Tomó mi cabello con fuerza, haciendo mi cabeza para atrás, haciéndome gritar mientras apretaba las sábanas de la cama con fuerza.

-¡Quítate! -grité sintiendo las lágrimas al borde de mis ojos.

-"TE DIJE QUE ESE INFELIZ NO PODRÁ ESTÁR CONTIGO! -gritó con mucha furia en su voz.

Apretó sus manos contra mi cabeza, finalmente solté las lágrimas contra la almohada, dolía, ¿Porqué no simplemente huía, porque no me iba de aquí? No tengo a donde ir, cuando llegué a Pensilvania fue al único que conocí y me dió donde vivir.

Básicamente.

Le debo, una muy grande.

Comenzó a moverse con fuerza, soltando mi cabello y tomándome de los hombros, haciendo embestidas fuertes sin sentir algo de placer ante eso que estaba haciéndome.

-Te odio. -murmuré con la voz quebrada.

Él me dió la vuelta y me mostró el anillo. -Le mostré esto.

Rápidamente negué. -¡TÚ Y YO NO NOS VAMOS A CASAR PEDAZO DE ANIMAL!

Ryan se iba a casar con una chica llamada Allie, ella lo dejó plantado.

-Ahora. -me tomó del cuello. -Eres mío.