BFF - Jikook/Kookmin

Parte 5

El domingo fue aún peor, su cabeza seguía repitiendo una y otra vez la sucia imagen de él besándose con Jimin. Sus labios se sentían podridos y sus manos pesadas, aún no entendía cómo pudo engañar a Taehyung de una forma tan cruel como lo había hecho, con su mejor amigo.

Ese día apenas y había cumplido sus necesidades básicas; no se había duchado, apenas y probó bocado de su plato en el desayuno y cena —ya que se había saltado el almuerzo—. Sus padres estaban más que preocupados, pero cuando le preguntaban por su estado tan deplorable, él sólo contestaba que se sentía bien.

Dormir fue la peor tortura que había experimentado hasta ahora. Su cuerpo se sentía cansado y sentía que podía dormir por días, pero su mente se enfrascaba en atormentarlo y aunque su cuerpo exigía descanso, no logró conciliar el sueño hasta 4 de la mañana, no faltando casi nada para que su alarma le despertara.

Nunca creyó que asistir a clases fuera tan incómodo como lo fue ese lunes.
Se había dado una larga ducha fría por la mañana en un intento fallido por despabilarse, aunque sus ojos se seguían cerrando en media clase de Historia; agradecía que se sentara al fondo del aula, ya que, de no ser así, ya estaría castigado por cabecear en la clase del estricto maestro.

No había cruzado palabra con Taehyung desde el sábado –ya que había ignorado sus mensajes y llamadas el domingo– y esperaba no hacerlo, su cabeza dolía por tantos pensamientos y sentía que se echaría a llorar por la culpa en cuanto estuviera frente a él.

Logró sobrevivir a esa pesada clase, para encontrarse que aún tenía que cubrir una larga jornada escolar y ahora tenía que moverse al laboratorio de química.
La regordeta maestra daba indicaciones al frente entusiasmada, mientras que Jungkook no podía entender ni una sola palabra de lo que decía. Así que miro a Namjoon, confío en que él haría todo el trabajo y regresó la mirada al frente.

Namjoon al sentirse observado alzó la vista, aunque ya no encontró al susodicho mirándolo, encontró a un distraído Jungkook con unos enormes círculos morados debajo de los ojos, su piel estaba tan pálida que juraba que podía ver a través de él y sus dedos se tamborileaban nerviosamente por la mesa del laboratorio. Sus ojos se entrecerraron intentando ver más detalles, ese aspecto no era normal en su amigo que siempre estaba lleno de vida.

Sin dudarlo alzó la mano derecha llamando la atención de la profesora.
— Disculpe, mi compañero Jungkook quiere vomitar, ¿podríamos salir un momento?

La docente le dio una mirada preocupada a Jungkook —quien no entendía nada y tenía una expresión confusa en el rostro—, aunque por su aspecto, creyó completamente las palabras de Namjoon y les permitió abandonar el aula.

Namjoon prácticamente arrastró a Jungkook por los pasillos hasta el baño de hombres más cercanos. Estando allí, reviso cubículo por cubículo asegurándose que estuvieran vacíos y después bloqueó la puerta.
Enfrentó a Jungkook, este aún tenía esa expresión confusa y cansada en el rostro.

— ¿Qué te sucede, hombre? Te ves terrible.

Jungkook dudo en responder. Se sentía tan miserable que no estaba seguro si podía hablarlo con alguien, pero ahí estaba su ángel guardián, Namjoon; él prácticamente siempre lo salvaba de sus errores, siempre le daba consejos y lo protegía cuando era necesario. Tal vez sería lo mismo en esta ocasión.

Jungkook no quería entrar en detalles, así que solo diría lo básico de la historia.

— Engañé a Taehyung.

Los ojos de Namjoon se agrandaron en demasía por la sorpresa; esa opción no estaba en la lista de las posibles cosas que atormentaban a Jungkook. Antes de que lo llenará de preguntas, estudió internamente la situación y organizó todas las ideas en su mente.