Capítulo Uno: Sin Arrepentimientos

9K 683 399
                                    

Shikamaru suspiró cuando notó que Hinata tardó más de tres horas en volver con las compras para la bebé. Pañales, leche y demás cosas para la pequeña Mirai. Incluso Kurenai ya estaba en casa preparando la cena a pesar de estar cansada con tanto papeleo ayudando a Kakashi como Hokage.

Se despidió de ambos. Era el adulto responsable que Mirai podría admirar cuando fuese más grande. Él era su padrino.

Ahora que estaba fuera de la casa pensó que tenía dos opciones, la primera era ir a casa y cenar. La segunda era buscar a Hinata y las compras. Decidió por lo segundo debido a que Kurenai se mostró preocupada. De cualquier manera no tenía nada que perder, es más ganaría una reprimenda de parte de su madre ya que llegaría tarde, que fastidio.

Si alguien lo viera ir tras una mujer nadie podía reclamarle. No cuando Temari de Suna había sido clara al rechazarlo. «Eres un bebé llorón, debes crecer más» le dijo cuando la acompañaba a la salida de la aldea.

Vaya, tenía 18 años. ¿Adónde más iba crecer? ¿Debía Esperar a que tuviera 20? El Mundo shinobi daba oportunidades limitadas para ser feliz. Hoy podía estar con Mirai y mañana podría morir en alguna misión. Así de cruel era ser un Ninja.

Sabía que el rechazo de Temari era una treta para que le rogase o mantuviera el interés, pero no iba a ponerse de rodillas para suplicar amor. Su inteligencia emocional no se lo permitía.

Suspiró cansado, buscó cerca a la residencia de los Hyuga, en las tiendas y demás lugares en los que creía que Hinata podría ir. No estaba en ningún lugar. Iba a volver a casa cuando escuchó a unos hombres reírse de algo.

— Así como lo oyes, Naruto Uzumaki rechazó en público a la dulce Hinata. — Dijo uno de ellos que parecía estar ebrio.

— pobre niña, La entiendo, incluso yo iría a una taberna si me pasara lo que a ella. — respondió el otro.

— Parecía ser otra, su rostro cambió... Ya no se veía dulce... Daba miedo. — Dijo el primero.

Desde luego que al oír esas cosas se sorprendió. ¿Hinata había sido rechazada en público y estaba en una taberna? Eso último no era fácil de creer. Menos cuando se mostraba como una adorable chica muy centrada, amable y dulce.

Buscó en cada bar hasta que dio con ella. Estaba aferrada a varias botellas de Sake.

— ¡Que me dé otra dije! — la escuchó gritar al mesero. — o va a sufrir. — Hinata activó su byakugan, las venas eran notorias en sus sienes. Se veía rabiosa. Tenía la chaqueta abierta, mostrando un escote muy sugerente. Además parecía haber cortado su pantalón hasta convertirlo en un Short.

El mesero asintió y se retiró por otra botella.

Se veía intimidante, demasiado. Y a la vez interesante. Era la primera vez que le temía a Hinata. Sacó un cigarro, lo encendió para luego llevarlo a su boca.

Se acercó a su ahora amiga. — ¿si sigues así mañana te ha de doler la cabeza?

Hinata lo miró con sorpresa. — ¡Diablos! ¡Olvidé llevar las compras! — se notaba avergonzada, pero seguía con ese aire lleno de seguridad. — Siéntate, bebe conmigo y luego llevaré las cosas a Kurenai-sensei. — le sirvió una copa de sake, lo hizo de una manera tan correcta que le hizo recordar a su madre cuando recibía a su padre en casa.

Se sentó y bebió con ella.

— Deberíamos crear un club para rechazados. — ella le dijo en un tono dulce y sereno. — Naruto me humilló en público, creo que no era su intención, aun así me hizo sacar a mi "yo malvada". Los rubios piensan que si te rechazan tendrán tu atención. Ya no será así.

Genio © ||ShikaHina||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora