Capítulo 68

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POV TRISH

-¿Qué vas a hacer?- me preguntó Harry tras terminar la llamada.

-Dormir- contesté y fui a abrir la cama con olor a Louis. Noté cómo me seguía por detrás.

-No me refiero a eso- chistó la lengua.

Sabía perfectamente a lo que se refería pero no iba a hacer nada al respecto. Sí, me fastidiaba mucho que Louis estuviera en Oxford, pero no le podía reprochar nada cuando yo me había ido a Nottingham.

-Esperaré a que él esté preparado para decirme dónde está.

-¿Y tú? ¿Cuándo estarás preparada para decírselo a él?- su expresión desenfadada no tenía nada que ver con la importancia que le daba a sus palabras y la fuerza con la que las pronunciaba.

-¿Por qué crees tanto en nosotros?- pregunté sin que me entrara en la cabeza-. ¿No hemos mostrado ya suficientes motivos por los que no funcionamos bien? Nuestra relación se basa en mentiras. ¿Por qué sigues creyendo que lo nuestro funcionará?

-Porque nunca he visto nada igual- compartió una pequeña sonrisa conmigo antes de irse por la puerta y dejarme sola en la habitación.

Miré a mi alrededor, contagiándome de todos los recuerdos que me traía esa habitación y sonreí amargamente. Yo tampoco había visto nada igual. Nunca había sentido un amor igual.

POVLOUIS

-¿Y podré salir a fumar?- a la mujer casi se le salen los ojos al escuchar mi pregunta.

-En horario laboral, no. Cuando acabes tu jornada, sí.

-Pero, habrá un descanso entre medias, ¿no?

-Sí, de quince minutos.

Mi jefame estaba explicando cómo iba el trabajo. Había hecho caso a Kylie y me había presentado en la biblioteca de la universidad. Era triste, pero ésto sería lo más cerca que estaría de entrar en Oxford.  Ahora que lo pensaba más detenidamente y con la cabeza fría me daba cuenta de lo ridícula que había sido mi idea de hacer una carrera después de tanto tiempo sin estudiar.

Después de todo el rollo que me soltó la mujer, me dijo que empezaría al día siguiente con un horario de mañana. Con suerte, estaba en la biblioteca de humanidades y, de vez en cuando, podría echarle un vistazo a los libros de filosofía. Puede que no estuviera tan mal, al fin y al cabo. No echaría de menos estar en un garaje lleno de grasa de motor. Además, vendría con Kylie por las mañanas y me haría compañía. Hablando de ella, al salir, vi cómo me estaba esperando en las escaleras.

-¿Qué tal ha ido?- me preguntó.

-Empiezo mañana- contesté sacando la cajetilla de tabaco.

-¡Eso es genial!- vino corriendo y me abrazó. La abracé de vuelta. Estaba contento, medianamente, al menos.

-¿Podemos irnos a casa? Me muero de hambre.

-Aún tengo un par de horas de clase- me explicó, así que nos despedimos. Ella se fue camino al campus y yo a casa.

Al entrar me di cuenta de que estaba siendo un buen día. Había conseguido un trabajo con el que mantenerme y eso siempre era bueno. No mucha gente podía alardear de tener uno y debería estar agradecido por ello. Era gracioso que todos estos días pasados que habían sido una mierda para mí hiciera sol y hoy, que era un buen día, estuviera nublado y me obligara a quedarme encerrado en casa.

Saqué el móvil y no supe ni cómo ni por qué, llegué hasta el número de Trish. Me quedé mirando la foto que tenía de nosotros en su contacto. Me moría de ganas de oír su voz y me estaba volviendo loco por no hacerlo. Todo lo bueno que pensaba que estaba yendo el día se estaba empezando a desvanecer al pensar en Trish y ver que no estaba aquí.

Fast: IncinerationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora