Capítulo 5

109K 3.3K 476
                                    

Me levanté con ganas de volverme a acostar. Había dormido fatal. La almohada era demasiado baja para mi gusto y me había provocado dolor de cuello. Para colmo, hoy mi madre tenía una comida de trabajo y había decidido llevarme para presentarme a la gente que trabajaba con ella en las nuevas oficinas de Cambridge. Todavía no entendía por qué tenía que ir yo. ¿Acaso mi presencia era relevante? La respuesta era no.


Había bajado a desayunar temprano para que mi madre no se molestara porque me hubiera quedado durmiendo hasta tan tarde, pero en cuanto terminé subí a mi habitación para echarme de nuevo.


Tres horas después estaba sentada en el asiento del copiloto, mi madre a mi lado conduciendo hacia el restaurante.


-Podrías haberte puesto un vestido. No sé... Ir un poco más mona- masculló con una pizca de decepción.


Parecía que aún no había notado que no tenía ganas de ir. Me había puesto unos pantalones vaqueros, unas botas y una blusa, la cual daba un toque elegante al atuendo. Iba bastante decente, a mi parecer. Si hubiera querido me podría haber vestido mucho peor, así que lo mejor era que no se quejara.


Llegamos al restaurante a la hora pactada pero al adentrarnos al lugar descubrimos que la mayoría de personas ya estaba allí. Nos habían reservado una sala entera para nosotros solos y habían colocado unas cuantas mesas de más. Me intimidaba la cantidad de gente que se había reunido. Al vernos, muchos se acercaron a mi madre para saludarla. Yo no sabía ni qué hacer ni qué decir. Me volvía muy torpe en las situaciones sociales. Todo a mi alrededor empezó a agobiarme. No me agradaba estar con tanta gente que no conocía. No era una persona abierta, nunca sabía cómo comenzar una conversación y, en estos casos, podía llegar a parecer antipática.


-Tú eres su hija ¿no?- una mujer con demasiado maquillaje se plantó delante de mí, observándome por encima del hombro. Llevaba un moño alto que le estiraba demasiado las facciones de la cara.


-Eh... Sí- murmuré sin muchas ganas de quedarme a hablar con ella.


-No os parecéis mucho.


-Salí a mi padre- confesé de mala gana.


-Oh- exclamó-, nunca había oído hablar de él- comentó con curiosidad, dando paso a una conversación en la que yo no quería participar.



-Eso será porque no es de su incumbencia- le contesté y me marché.


¿No sabía que era de mala educación meterse en los asuntos privados de otras personas? No merecía perder el tiempo con gente como ella.


-Perdona... Eres Trish, ¿verdad?- esta vez fui interrumpida por un hombre, probablemente de la edad de mi madre. Me sonaba su cara. Tal vez le hubiera visto en algún desfile, pero no era capaz de recordarlo.


-Sí- intenté sonreír con amabilidad.


¿Por qué todo el mundo me reconocía? No sabía que mi madre hablara tanto de mí y era algo que me incomodaba. Esto de que ellos me conocieran a mí pero yo a ellos no lo llevaba mal.

Fast: IncinerationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora