Capítulo 9

108K 3.3K 564
                                    

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho conforme Harry hablaba. Su última frase me había pillado totalmente desprevenida. Quería saber más de ese tema. Desde que conocí a Louis pensé que no era una persona de su agrado y que no había remedio que hiciera que nos llevásemos bien. Sin embargo, después de lo mucho que había confiado en mí tras desvelarme los secretos de su familia comenzaba a creer que podría existir un punto de inflexión. Y si Harry tenía razón y yo era la única persona que podía ayudarle, lo haría. Dejaría de lado las peleas, las discusiones y todas las cosas malas que sucedían entre nosotros porque quería ayudarle. No podía dejar sola a una persona que pedía ayuda a gritos. Lo haría, y no porque fuera buena persona y quisiera hacer la obra de caridad del día, sino porque mis sentimientos también jugaban un papel importante en este juego, y no podía negar la atracción que sentía por él cada vez que estábamos juntos. Estaba convencida de que sus besos eran la clave. Ellos eran los que me habían vuelto adicta a él. Eran mi droga personal.

Desde que había vuelto a Cambridge, Louis no había parado de rondar por mi mente. Incluso ahora me estaba saltando clases para interrogar a Harry y saber más sobre él. Louis era tan diferente a todo el mundo que había conocido a lo largo de mi vida que no sabía cómo tratarle. Su presencia parecía estar contagiada de una energía magnética que le hacía imposible de describir y a la vez, imposible de olvidar. Tenía un efecto inmediato sobre las personas. Les atraía hacia su campo de oscuridad. Yo había sido una de ellas. Incluso cuando me llevaba mal con él era difícil pensar en un momento en el que Louis no hubiera estado metido en mi cabeza.

Harry parecía preocupado. Había sido yo la que le había traído hasta aquí para hablar con él, pero se notaba a distancia que él también había estado deseando hablar conmigo y desvelar todos los secretos que le estaban ahogando. Me estaba pidiendo que ayudara a Louis porque no quería que le sucediera nada malo.

-No te preocupes- me senté en una silla a su lado, frotando su espalda, reconfortándolo-. Haré todo lo que esté en mi mano por ayudar.

-Louis te importa, ¿verdad?

Aparté la vista de Harry con miedo de mi respuesta. Asentí ligeramente, casi sin moverme, aterrada por lo que estaba admitiendo. Una cosa era pensarlo yo, tenerlo dentro de mi cabeza, y otra era desvelárselo a los demás.

-Lo había notado.

Harry me miraba intentando ocultar una sonrisa, pero no lo logró. Un par de hoyuelos aparecieron en sus mejillas, dándole un toque adorable a sus palabras. Una pequeña sonrisa también se dibujo en mi rostro al ver la reacción de Harry.

-Sólo prométeme que no le vas a contar nada de esto a Louis- me pidió el chico.

-¿Por qué no?

Mi cuerpo se quedó inmóvil. Me congelé como si hubiera salido a la calle en Alaska en medio de una ventisca. Mi sonrisa se desvaneció por completo, al igual que la de Harry, cuando escuchamos a una tercera voz participar en la conversación. Louis había entrado en la habitación con una mirada llena de rencor.

-¿Qué es lo que no me puede contar?

Se acercó a nosotros con paso decidido y amenazante. Harry miraba a Louis con respeto, manteniendo las distancias.

-¿Qué haces aquí?- exclamé malhumorada.

Louis se paró a medio camino. No contestó. Sus ojos viajaban entre mi rostro y el de Harry, examinándonos a ambos para descubrir qué ocultábamos.

-Te he seguido- contestó mirando al del pelo rizado.

-¿A mí?- Harry se sorprendió.

-No, a ella- murmuró Louis clavando sus ojos en mí.

Fast: IncinerationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora