Capítulo 85

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Os voy a pedir una cosa al final del capítulo, que escuchéis una canción. Hacedlo.

POV LOUIS

Era temprano. El sol ya había aparecido por el horizonte y alumbraba la casa con una luz ténue. El reloj que colgaba sobre la pared marcaba las siete menos diez y aún no había conseguido conciliar el sueño, seguía sentado en el sofá. Escuché cómo la puerta de la entrada se abría y me giré sobresaltado para ver quién era. Kylie entró en el salón y se quedó parada al verme sentado. No recordaba que le hubiera dado llaves. No habló, se mantenía quieta, mirándome, pero sin decir nada, esperando, tal vez, a que yo dijera algo, pero yo no tenía nada que decir. No sabía ni qué coño estaba haciendo aquí.

-¿Qué quieres?- murmuré y no contestó, por lo que dejé de prestarle atención y volví a mirar a la pared.

-Esperaba que me lo dijeras tú- contestó al cabo de un rato. Se había cruzado de brazos y se había apoyado en la pared.

-No estoy para tus juegos de palabras de mierda, Kylie.

-Vaya... y lo dice el que está obsesionado con los filósofos.

-¿Para qué coño has venido?- otra pregunta que no tuvo contestación, se dedicó a observarme y nada más. Volví a ignorarla.

-¿Qué coño te pasa?- murmuró como si estuviera escupiendo fuego-. ¿Qué tienes en la cabeza?- suspiró al ver que, como ella había hecho antes conmigo, no la contestaba-. ¿Por qué, Louis? ¿Por qué?

-¿Qué más te da lo que haga?

-¿Acaso no te importa lo que has hecho?- susurró.

-No- sentencié. Mi voz era monótona. No tenía suficientes ganas de hablar con nadie y mucho menos con Kylie y de lo que pasó anoche.

-Eres un hijo de puta.

-Ya lo sé.

-Trish no se merecía lo que le has hecho.

-No me hables de Trish- sentencié e iba en serio.

-¿Por qué no?- alzó una ceja, mordiéndose el labio. Sabía lo que quería hacer: tocarme los cojones y no lo iba a permitir-. ¿La viste llorar? ¿Viste cómo se marchaba? Porque espero que esa sea la última vez que la veas en toda tu vida.

-Pues vale.

-No te la mereces. Me equivoqué contigo. No te mereces a nadie. Eres frío y sin corazón, ni siquiera sé cómo puedes soportarte a ti mismo.

-Después de haber estado tanto tiempo solo conmigo mismo te acostumbras.

-¡Ese es tu puto problema!- exclamó.

-¿De qué coño estás hablando?- me levanté. Me había cabreado.

-¡Te piensas que estás solo y tienes a un montón de gente a tu alrededor que te quiere! O por lo menos solía hacerlo...

-¿Un montón de gente?- me reí.

-Sí, Louis. Trish, Harry, su hermana, el amigo ese de Cambridge que te trajo aquí, incluso yo, si quieres contarme.

-¿Eso te parece mucha gente?- me volví a reír. No podía estar hablando en serio.

-La suficiente para que te dieras cuenta de que no estás solo. Porque te voy a decir una cosa... puede que antes creyeras que estabas solo, pero ahora... ahora, amigo, lo estás de verdad.

Sentí una fuerza en mi interior creciendo cada vez más, imposible de controlar. Me acerqué a ella y su expresión se volvió más tensa.

-¿Y tú qué?- murmuré-. Tú estás tan jodida como yo. Vas de buenecita pero en el fondo eres una zorra que no sabe dónde caerse muerta- justo después levantó la mano y me dio una hostia en toda la cara. Tenía las mejillas coloradas por la vergüenza y la rabia. Agaché la cabeza tocándome la zona dónde me había dado-. ¿Sabes por qué me has pegado? ... Porque sabes que es verdad.

Fast: IncinerationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora