Capítulo 9

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Debido al beso de la noche anterior, Lorena no pudo dormir toda la noche pensando en ese momento. Por más que intentaba dormir despertaba a los pocos segundos. Su corazón latía fuertemente sin exagerar, daba vueltas en la cama, el colchón se le hacía duro y su cerebro no cesaba de pensar, sobre como sentirse en ese momento.

 Su corazón latía fuertemente sin exagerar, daba vueltas en la cama, el colchón se le hacía duro y su cerebro no cesaba de pensar, sobre como sentirse en ese momento

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Cuando amaneció ella se quedó sentada en su cama viendo atraves de la ventana el cielo azul ese sábado temprano. Ese día no tenía nada de trabajo que hacer, no paso mucho tiempo antes de pensar en la vez que Miguel la llevo a su casa en la playa por una semana.


5 años atrás

─Este lugar es hermoso! ─Dijo Lorena asombrada.

─Como tú. Hermoso como tú.

─Nunca había venido a un lugar tan bonito.

Pues prepárate, por que estaremos aquí una semana, solo nosotros dos.

─Gracias Miguel, hacía tiempo que no venía a la playa.

Miguel al escuchar esas palabras de Lorena quedo conmovido. El solo quería hacerla feliz y lo estaba logrando. Él puso su silla junto a la de ella y le otorgó un apasionado beso que su novia no rechazo. Hasta que alguien los interrumpió.

─Ya la comida está en la mesa.

─Sí. Vamos Lorena.

─Este pescado esta delicioso.

─ ¿Te gusta mucha el pescado?

─Si, me encanta el pescado, aunque no se mucho sobre mariscos.

─Yo siempre que vengo aquí como pescado y mariscos. La cocinera lo prepara muy bien... Hace un año no tenía deseos de seguir viviendo, de hecho esta casa me traía muy malos recuerdos después del accidente. En este lugar traía muchos de los que consideraba mis amigos. Cuando me quede inválido no quería saber de nada que me recordara a ellos. Es por eso que iba a venderla. Cuando me dijiste que tenías tiempo sin ir a la playa quise traerte, no quería venir sino era contigo.

─Gracias... ─Lorena no pudo detener las lágrimas que se derramaban de su rostro.

Lorena sabía más que nadie lo que era estar solo, solo con el apoyo de tus padres y sin amigos tras ese accidente.

─ ¿Porque lloras? No era mi intención ponerte triste. Solo quería darle las gracias a Dios por haberte conocido.

─Te amo... nunca te alejes de mí.

─Te lo prometo. Nunca. Qué tal si ahora en vez de pensar en cosas tristes porque no nos ponemos cómodos y nos metemos en el jacuzzi. Quiero verte en bikini. ─le susurró al oído.

─Pues lamento desilusionarte, pero no tengo bikini. Nunca me eh puesto uno.

─Te compre uno. Está en la cama. Esperare aquí mientras te cambias.

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