Capítulo 1

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Narra ______:

Estoy en mi habitación relajándome por el estrés que me causa el regreso a clases, me dispuse a leer un poco para despejar mi mente de los malos pensamientos. No es que tenga malas calificaciones o no me lleve bien con las personas del colegio, simplemente no es un lugar en el que me gusta estar.

—¡______! —Reconocí el llamado de mi madre desde la planta baja, ella es una persona muy amable, sin embargo tiene cierto... tono.
—¿Qué pasa mamá? —Pregunté al toparmela en la cocina.
—Necesito que bajes al sótano y dejes estas cosas allí —demandó entregándome un par de cajas muy grandes y pesadas.
—Uhm... —solté un quejido al cargar con tanto peso, no tengo una buena forma física— no lo sé mamá —dudé—, sabes que ese lugar me pone de los nervios...
—Por favor, ______, ya tienes quince años, no puedes temerle a un simple sótano. En todo caso enciende la luz.
—Bien... —mascullé.

Bajé las escaleras chirriantes que conducen al escalofriante sótano, una simple puerta de madera es lo único que me separa ahora de ese tétrico lugar. Tomé el pomo e ignorando el hecho de que mis manos estuviesen totalmente sudadas le di un giro, la puerta rechinó al abrirse, y el sonido del eco retumbó en las cuatro paredes de la habitación sin vida ni color.

—Aquí vamos —Tomé una bocanada de aire buscando de alguna forma alentarme, y decirme a mi misma que no moriría por dejar unas simples cajas en el sótano de mi propia casa. Exhalé y me adentré en aquél lugar el cual me causa un temor indescriptible desde que tengo memoria.

Caminé a paso apresurado hasta el fondo del sótano y allí dejé las cajas selladas con cinta, en cuanto quise darme la vuelta para regresar a mi cuarto tropecé con una vieja escoba; caí haciendo un ruido estrepitoso, eso mezclado con mi grito de niña pequeña. Me sobé la nuca al sentir dolor, me había golpeado con una lata de pintura medio vacía.

—Auch... —resolplé.

Al querer reincorporarme y ponerme de pié vi un gran espejo de aspecto antiguo, me acerqué para analizarlo más de cerca, realmente nunca noté que estuviese allí, ha de ser porque visito este lugar lo menos posible mientras tenga la opción de no hacerlo.

—Parece estar intacto... debió pertenecer a los anteriores dueños de la casa  —especulé en voz alta. pasé una mano sobre el vidrio para eliminar aquella gruesa capa de polvo que parecía haber estado reposando allí durante muchísimo tiempo.
Una sensación de escalofrío se apoderó de todo mi cuerpo al contemplar con mis propios ojos como mi brazo entero atraviesa por completo el cristal del espejo.

—Alucino... pero... ¿qué..?

Aún en un estado de incomprensión absoluta saqué mi brazo izquierdo del espejo, extendí el derecho y repetí la misma acción para corroborar que el golpe en la cabeza no me haya afectado, y en efecto el golpe no tiene relación con lo que sucede aquí.

¿Qué habrá del otro lado?

La curiosidad invadió mi mente, sin analizar los posibles riesgos que esto conllevaría metí mi cabeza adrede. Me asombré al ver que del otro lado del espejo existe una réplica exacta del sótano de mi casa, ¿la única diferencia? todo está al revés.

Intenté estirarme lo más que pude sujetándome del marco del espejo para inspeccionar, aún no estaba segura de que fuese apropiado incorporarme totalmente en aquella dimensión tan extraña.
Sin embargo soy demasiado inútil como para no meter la pata. De alguna manera, muy torpemente torci mi tobillo, y caí dentro del espejo.

Como dice el refrán, la curiosidad mató al gato... es una buena frase para aplicar ahora. No me asusté por el echo de que creí que el suelo amortiguaría la caída, sin embargo lo que parecía ser el sótano del otro lado del espejo era un especie de holograma, que fácilmente pude atravesar al caer.
En pocas palabras el reflejo que vemos todo el tiempo al mirarnos en un espejo no es real.

Estuve cayendo en un abismo durante cinco largos minutos, y llegando a la conclusión de que tocaría fondo en cualquier momento de ninguna manera saldría viva de eso.

Finalmente ví una luz abajo de mí.
Cerré los ojos con fuerzas, como si eso pudiese evitar que el impacto rompiera mis huesos en pedacitos. Fue cuestión de segundos que toda la oscuridad en la que me veía envuelta fuese reemplazada por un cálido y nítido cielo azul, sin nubes a la vista. Aún cayendo miré abajo nuevamente, no faltaba mucho para impactar contra el suelo, y a penas pude terminar de resoplar cuando mi cuerpo golpeó duro contra el vergel de aquél lugar que desconozco.

Sentí pinchazos en todo mi cuerpo, pinchazos que arden. Hice una mueca de dolor, abrí mis ojos con dificultad y analicé la situación en la que me encuentro.

—Claro —Me dije a mi misma en un resoplido al reconocer que caí sobre un enorme rosal—, tiene sentido.

Intenté retomar mis fuerzas y ponerme de pie, tengo muchas espinas por todo mi cuerpo, incluso en partes en las que no pienso nombrar ahora, y duele, por ende no pude si quiera levantarme, me quedé allí, exactamente en el rosal.
De la nada sentí una brisa... una extraña brisa, y es curioso porque no hay viento. Aquella ventisca vino acompañada de una luz azúl, que en una milésima de segundo se apagó.

—¡Hey! —se oyó—, ¿te encuentras bien?

Aférrate [Sonic x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora