Capítulo 03

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Escrito mientras se escuchaba música de piano <3* * *

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Escrito mientras se escuchaba música de piano <3
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Con aquella apariencia de paloma que posee tanta delicadeza, así se veía ella entre la danza de su cuerpo. Como si una suave brisa la rodeara con un montón de polen junto a la compañía de las nocturnas luciérnagas. El piano afinaba sus pasos y su figura. La sonrisa de los niños la vestían de tiernas felicidades que cualquier otra persona que haya visto, como si su mismo baile produjera el canto del arpa de los ángeles de los cielos.

Su tutú era el algodón de azúcar que la envolvía.

Sus líneas eran como los cabellos de una mujer bajo el agua, que bailan junto a las diminutas corrientes.

Realmente es maravillosa al bailar.

Sin darme cuenta, decido bajar mi mano que cubría mi rostro y, la chica del circo, cuyo nombre aún no sé, ríe, quizás por mi imagen tímida que he mostrado ante ella.

Sin embargo, cuando me he cubierto, comencé a sentir lo que debí haber sentido mientras la veía danzar en frente de la multitud que generalmente se componía de felices niños. Quizás estuve sorprendido que he esperado hasta este momento para pensar y sentir.

No la conozco; no me conoce. Pero la dulzura de su imagen y persona me ha llamado.

Ella dice que no le gustan los payasos. ¿Y si supiera que soy uno, que trabajamos juntos, pero no de una manera que a ella le agrade? No lo sé. Se ve más delicada que una pluma, que quiero conservarla conmigo en lugar de apartarla. Aún sujeta aquel oso de peluche color negro con nariz rosa que le regaló Paul.

—¿Y me dirás cómo te llamas? —habla que logra llamarme una vez más de entre mis pensamientos. Qué bueno que haya tomado este tema porque quiero saber su nombre.

—Me llamo Michael.

—¿Michael?

—Sí.

—Qué bonito nombre.

—Creo que el tuyo es más bonito aún —le comento y ella se ruboriza. Su sonrisa agrega azúcar a mi vida.

—No es nada del otro mundo... Mi nombre es Silene. Mis padres me lo pusieron al pensar en su "amor joven".

—¿Silene? —Y ella me mira bajo sus pestañas, como si esperara mi reacción, mi opinión hacia su nombre. Sin embargo, su significado es preciso para lo que siento por esta jovencita—. Es perfecto para ti.

Y ella contesta a su manera, a la manera dulce que posee.

Pero... llevado por mi corazón, me acerco a ella mientras aún mira hacia otro lado, tímida. La única luz que nos ilumina es la del carrusel. La miro fijamente, sin importar si alguien me ve y piensa que es una locura. Tomo de su mentón y veo directamente sus labios que gotean la misma miel de las manzanas dulces que venden en la puerta del circo. No tengo tiempo para ver su rostro cuando acaricio sus labios suavemente, sintiéndome fuerte pero a la vez tan frágil al hacer esto con una joven que apenas conozco, que viste de una indefensa oveja, mas por dentro hay un montón de incógnitas.

Silene no hace nada, solo sigue el movimiento del beso. Y no recibir sus brazos o un rechazo, me colocan nervioso y en medio de la más grande incógnita que quiero descubrir. La música del carrusel se hace presente junto al adorno de muchas risas infantiles.

En ocasiones, me separo solo unos milímetros para tomar aire e intentar darle el espacio para que diga o haga algo, pero ante su silencio, vuelvo a retomar aquel momento, y ella sigue sin responder, solo danza...

...danza con sus labios...

Me alejo una vez más y, tras un silencio, cuando quiero volver a ella, gira su rostro levemente. Alejo mi mano de ella y no sé qué decir. Quizás fue... muy impulsivo de mi parte. Sea o no sea, he puesto al descubierto mi corazón ante ella, y él espera el abrazo de la bailarina, no un rechazo hacia el suelo.

Se levanta, apresurada, y camina hacia el carrusel.

—¡Espera! —le digo, pero no hace caso. Entra al carrusel y luego sale de él hacia el otro lado, alejándose de mí poco a poco. Quizás la he asustado, quizás la ha alejado el hecho de que un desconocido que solo la ha estado mirando y sonriendo, la haya besado repentinamente.

Los giros que dan en carrusel provocan en mí mareos, como si algo esencial dentro de mí faltara. Como si con esa misma chica se hubiese ido mi corazón, chica de quien me he fijado al verla sonreír en el carrusel.

Como si hubiese perdido mi corazón en ese alegre carrusel...



























Carrusel © | Michael JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora