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« Se quedan cortas la palabras, realmente»

Valentín

Un mes después.

Hacia un mes que nos veníamos juntando con Milán, se había hecho amiga de todos en especial de Martin y mía.

Su personalidad la hacia amoldarse con cualquier persona y eso era fantástico.

Ahora estábamos esperando a que salga de trabajar ya que nos íbamos a juntar y nos iba a presentar a su novio.

Laura está sentada en mis piernas mientras me da besos.

Cuando escuchamos a Martin abriendo la puerta, nos separamos y esperamos a los invitados.

No era que nadie sabía de nuestra relación, pero no queríamos ocasionar un momento incómodo.

Vemos entrar a Milán sonriendo con su novio, lo había visto en alguna batallas acompañando a Khea.

El chabón tenía demasiada facha.

- ¿Cómo andan? - pregunta el sonriendo.

Y así empezamos la noche.

Tipo doce, robo puso el asado en la mesa y empezamos a comer entre risas.

Después nos pusimos en pedo la mayoría, hasta el Joaquín.

Veo a Milán juntando la mesa mientras rie de las boludeces que hacemos.

Su sonrisa era hermosa.

Cuando lleva las últimas cosas, no sale de la cocina y deduzca que las está lavando.

Me encaminó hasta la cocina y afirmó mis pensamientos.

Camino hacia ella y me apoyo en la mesada.

- Después vamos a comprar uvasal, mañana les va a doler la cabeza a todos - avisa dándose vuelta sin antes haber cerrado la canilla, entre sus manos tenía un trapo con el cual se estaba secando las manos.

Me acerco a ella y acomodo su pelo detrás de la oreja.

Ella me mira directamente a los ojos.

- sos hermosa - susurro sonriendo.

Una sonrisa se asoma en sus labios hasta que escucha a su novio llamarla, sale de la cocina dejándome solo.

Veo a Laura mirándome desde el pateó y niega para después irse.

Había visto mal todo pero tampoco quería ir a frenarla.

Capaz que un poco de coherencia tenía la acción que había realizado.

Vuelvo al lugar donde estaba sentado y me prendo un porro.

Al rato viene Joaco y me invita afuera a fumar.

Acepto sin darle importancia pero al minuto me alarmó cuando Milán sale de la casa.

- Joaquín no hagas una boludez - exclama con angustia.

Creo que no había visto venir la piña pero al final impacto en mi cara haciéndome caer de culo.

- ¡Que sea la última vez que te querés chamuyar a mi novia, salame! - lo veo salir para después ver a Milán hablando con Guadalupe.

Se abrazan y ella se va.

Leito viene a sentarse en el suelo conmigo, ya que no me había parado.

- Bueno, hubo peores piñas que esa - comenta haciéndonos reír.

- Era de esperarse que este pibe haga cagadas, ¡Maia pariste a un hijo de puta! - exclama riendo Tobías.

Sin embargo Martin se mantenía al margen de las risas.

- ¿Que pasa Martincho? - pregunto mirándolo.

- La chabona ama al pibe, hace más de un año que están, no era como tú relación de mierda con Laura - comenta enojado para después negar con la cabeza - me voy a casa, te dejo la llave en la maceta, Tobías.

Veo como el se va para después escuchar suspirar a su hermano.

- Es un boludo, no le hagas caso - susurra para después revolver mi pelo.

Desde el comienzo × wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora