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« volvería por ti»

Milán

Dos semanas después.

Hacía dos semanas que no me juntaba con la de ese tres, solamente con Martín.

No quería hacerlo, sentía vergüenza por los actos de Joaquín y también me sentía rara.

El tacto de Valentín me hizo ver algo diferente en el, no solamente unos ojazos hermosos y su facha.

Ví algo más, sus sentimientos reflejados en una sola mirada.

- Quiero un tiempo - dijo Joaquín de un momento al otro - Ni es lo que esperaba, sos todo lo que siempre quise pero yo no quiero esto, no sé si se entiende.

Suspiro y asiento.

El se sienta al lado mío y me abraza.

- Los dos desgastamos un año fingiendo sentir algo que ni se asemejaba - susurra para después besar mi coronilla.

Ese día te confundiste, yo ni fingía, realmente te amaba Joaquín.

Lo acompañe a la puerta, beso mi mejilla para después desaparecer de mi vista, dándole pasó al derrumbe que se producía dentro mío.

Martín llegó a la hora con helado y toda la banda.

Esa tarde me hicieron olvidarme de lo malo.

Que una ruptura no era el fin del mundo, si no una nueva etapa.

Aparte de comer juntos, se quedaron a dormir.

Me levanté tipo diez de la mañana, como estaba acostumbrada y hice café para todos.

De a poco se fueron levantando y tomando el café.

Cuando me di cuenta estábamos todos juntos desayunando.

Hablando boludeces y pasandonos las tostadas o facturas.

Valentín reía a mi lado por las boludeces que decía Guada o por los chistes malos de tobo.

Río para después ver a Valentín apoyándose en mi hombro.

Sonrió y acarició su pelo.

El me mira, sus ojos tenían un brillo especial.

- ¡Vamos a comprar algo para comer y volvemos! - escucho que grita Guada, cuando mire estos ya estaban en la puerta.

- Esperen que me cambie y los acompañamos - digo bajandome del taburete de la cocina.

- Tranquila, volvemos en cinco minutos, o media hora que se yo - vuelve a gritar Guada.

Levanto mis hombros para después escuchar que cierran la puerta.

Miro haber si se llevaron una copia de la llave para entrar y si, se la habían llevado.

Empiezo a juntar con Valentín las tazas.

Estaba todo muy tensó.

- Espero que te hayamos hecho sentir bien después de todo - comenta el secando la última taza.

Lo miro y sonrió.

- Me hicieron sentir más que bien, lo juro - afirmó para después ver cómo viene hacia mi, abro mis brazos y nos fundimos en un abrazo.

Apoya su cabeza en mi hombro, dejando su cara frente a mi cuello.

Acarició su pelo mientras cierro mis ojos y largo todo el aire contenido.

- Nadie merece sufrir tanto por un chico, Milan - susurra para separarse milímetros de mi.

- Ni un chico por una chica - comento de la misma manera - nadie merece sufrir.

Asiente para después cerrar sus ojos, ya que había puesto mis manos atrás de su nuca.

- ¿Vos me querés matar? - pregunta el abriendo sus ojos.

Sonrió y levanto una ceja sin entender.

- ¿A qué te referís? - pregunto.

El se acerca y justo escuchamos a los chicos.

Me roba un beso para después sentarse a mi lado y sonreír como loco.

Muerdo mi labio y ayudo a Guada a traer las bolsas hasta la cocina.

Los chicos se ponen a hacer pollo a la parrilla y con Guada hacemos la ensalada.

- ¿Te parece lindo Valentín? - pregunta Wawa.

- ¿A qué viene la pregunta? - redobló la pregunta.

Ella rie y niega.

- Porque hacen linda pareja - finaliza para después irse afuera.

Sonrió para después negar e irme con ella.

Los chicos empiezan a poner cumbia y abren un vino.

Me pongo a bailar Ulises bueno con Martín hasta que el se va y ocupa su lugar Valentín.

Río por los pasos que daba este hasta que volvió hacerlo.

Volvió a robarme un beso.

Sofisticado, cálido.

La única que lo había percatado era Wawa, la cual sonreía satisfecha.

Había afirmado su respuesta.

Valentín me parecía lindo pero más haya de su lindura, estaba un pibe con sentimientos puros.

Ese chico quería yo.

Lo miro mientras baila los Wachiturros con Tadeo y Leito.

Ese pibe quería en mi vida.

Desde el comienzo × wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora