Epilogo.

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« Tiene el juego preparado para loca dejarte»

Milan.

Un año después.

Beso la cabeza de Timothy, dejándole un poco de labial para después cerrar bien todo y manejar hasta el bar "capitán".

Hoy Valentín iba a presentar su nuevo sencillo "Andrómeda".

Cuando llegó al bar, estacionó el auto, agarro todo y voy a la puerta.

Me saco fotos con algunas pibas que me piden, ya que se sabía que era la esposa de su ídolo.

Entro, saludo a un par de conocidos y espero en una de las primeras sillas a que mi esposo salga.

Era raro decirle así, yo prefería decirle mi novio, aunque Valentín se enojaba.

Cuando salió, la gente empezó a gritar eufórica.

La canción empezó hasta que en una parte me miro y me canto.

- Y no me cuesta admitir que aunque me dedico a las palabras, hoy no tengo que decir, ¿De qué me sirve mentir? Prefiero sentir la angustia y el vacío de existir. Sí, quiero morir, pero no sé cómo, quiero vivir, pero no sé cuánto, morir sabiendo la mierda que somos y vivir hasta que se acabe el encanto - comenzó a cantarme, mis ojos se iban cristalizando - Perdón, amor, si esto te dolió, quise morir de amor, pero no me salió. Quizás sólo pienso en mí y en mi bienestar y sea sólo eso lo que me impide amar. No puedo amar, ¿no puedo amar? O sólo no amo como aman los demás. ¿Cómo hay que amar? ¿Hay que amar? Hay que desarmar los preceptos hechos y tirarse al mar.

Volvió a cantarle al público pero yo ya en ese entonces estaba perdida.

La canción lo decía todo.

Esa parte, decía todo.

El quería estar solo.

Todo el amor que dijo sentir por mi, era fingido.

Salí del bar, me subí al auto, llore adentro de este hasta que lo ví salir, llorando igual que yo.

Negué y arranque el auto.

Cuando ya estaba en casa, abrí la puerta pero cuando estaba por cerrar el se interpuso y entro.

- ¿Cuando me ibas a decir que era fingido? - pregunto en sollozos.

- Yo... Yo... No sabía cómo decirlo Milan - tartamudeo - Creí que te amaba.

- ¡Sos una basura! - grito enojada.

Golpeó su pecho con mis puños, llena de furia.

- ¡Vos no cuidaste esto Milan! ¡No me culpes a mi solamente! - grito Valentín empujándome.


Caminaba de un lado para el otro mientras Valentín seguía gritando cualquier estupidez.

- YA ME TENES HARTA - explote.

- VOS A MI TAMBIEN - replicó el.

- Andate - dije calmandome.

- Con todo el amor que alguna vez te tuve, andate vos - dijo ahora el, bajando el tono de voz.

Pero sus palabras se clavaban como puñales.

- Llévate todo si querés pero no te quiero ver más - digo entre dientes sin darme cuenta que estaba subiendo el tono de voz.

- CHUPALA, LA CASA ME LA QUEDÓ YO - grito Valentín pero un maullido nos hizo caer en la realidad.

Miró a Valentín con enojo y voy a socorrer a Timothy el cual me mira con miedo.

Como la primera vez que lo trajimos a casa.

Lo abrazo y acarició en mis brazos queriendo recuperar su confianza.

Valentín viene a mi lado y hace lo mismo.

Lo miro mientras mima a nuestro bebé y lágrimas se escapan sin más.

En que nos convertimos.

Desde el comienzo × wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora